domingo, 24 de julio de 2011

Cosas que me pasan en el invierno

Sabía que las cosas no estaban bien cuando soñé con una novia furiosa reclamándome por SÑ.

Días vienen, días van. El sol se alejó de esta ciudad y Lima se volvió gris de nuevo, así como todas nuestras existencias. Las cosas nunca están claras en la vida de la gente que vive aquí. Nos justificamos diciendo que somos buenos y que lo que hacemos tiene un fin mucho más grande: el amor. Que lo que hacemos es por cosas buenas.

Pero en realidad me doy cuenta que no somos buenos en absoluto. Solo somos nosotros.

Y yo no veo a SÑ desde el inicio de la Copa América. Tres semanas mas o menos. Él no se da cuenta porque ya está con la señora MH y probablemente esté reparando heridas luego de una discusión que tuvieran por mi causa. En realidad, no sé por qué MH pensaría que yo pinto algo ahí todavía, cuando SÑ parece demostrarle tanto a ella como a mí que todo ha cambiado, y en realidad yo no estoy ahí para nada. N-A-D-A. Y, ¿saben algo? Está bien. Es decir, es lo que haría cualquier hombre casado que quiera mantenerse casado: luchar por su matrimonio. ¿Qué ganaríamos ambos si se peleara con ella, si se mantuvieran así y finalmente se separaran? Yo me sentiría culpable, él se sentiría una mierda y MH tendría tanta amargura como yo hace un mes. Así que en vez de ganar yo, perderíamos todos. Y no quiero eso. Ni aunque la odie, o bueno... no la odio, perdón, pero ni aunque me caiga tan pesada como una hamburguesa llena de colesterol. Ni así, le deseo lo peor. Que ardan, pero entre ellos. Yo no pinto ahí.

* * *

Mientras escucho a la ahora desaparecida Amy Winehouse, voy recordando las cosas que pasé cuando SÑ me dejó y me quedé sola por unas semanas que parecían eternas. Tan eternas como las que llegaron con el invierno. Me dolía el alma, pero no la sufría. Seguía yendo al trabajo con normalidad, esperanzada en que SÑ volvería, pero preparándome para el posible caso que así no fuera. De todas maneras no fue tan malo o apocalíptico como lo hubiera pensado. Y es que en mi oficina nunca hay días normales. Siempre pasa algo demasiado quemado que te sorprende, te indigna y también que te da risa. La distracción de lo que ocurría ahí fue buena, y que el Fuhrer empezará a confiar en mí para contarme algunas cosas y me hiciera reír también me sacaron de mi burbuja de autocompasión y tristeza. La verdad, es que si el tipo no fuera tan ocurrente para lo que ocurre a nuestro alrededor, la tristeza se hubiera quedado de largo. Pero él me tuvo ocupada, ya sea laboralmente con todo lo que siempre me manda, e incluso emocionalmente, porque sin querer espantó a mis fantasmas. Me gustó mucho que así lo hiciera, porque fue una de las cosas que me hizo mantenerme cuerda y finalmente encontrar esperanza luego.

Y no digo esperanza al final, porque esto es solo el comienzo. Así como es el comienzo de la lluvia, la neblina y los días fríos. Del SÑ frío. Pero ni tanto así les digo. El clima será una mierda, pero SÑ se porta bonito conmigo. Sabe que nuestra situación ambos tenemos que tratarla con guantes quirúrgicos porque corremos el riesgo de romper todo en cualquier momento. La relación no es la de antes, es cierto, es más raro y más difícil, pero no es imposible. Aunque ya no lo veo, por diferentes factores que no necesariamente son el traumático "no quiere verme", siempre hablamos y nos reímos todavía con las ocurrencias del otro. Bueno, yo me río, él me sigue diciendo que mis chistes no dan risa and I suck. Ese SÑ es a quien yo quiero mucho, a quien le deseo que esté bien. A quien quisiera ver, pero a quien decido esperar. No de la misma manera, pero lo sigo esperando y lo sigo queriendo. Y ni siquiera MH podrá cambiar mi forma de pensar o sentir solo porque así le dio su gana.

Si MH piensa que SÑ y yo somos dos amantes furtivos que nos reímos de ella a sus espaldas, pues se equivoca. Yo, la terrible amante y la puta que se metió con su señor, soy la que ha salido más destruida de esto. Ella fue quien me hizo sufrir, y quien todavía intenta hacerme sufrir. Claro, acá les digo de frente: está mal meterse con un hombre comprometido, ¿pero saben que es peor? No saber salir de ello, porque no se puede, no se quiere. Yo me enamoré perdidamente de SÑ y nunca vi más allá de él. Estoy segura que MH también lo quiere, pero no creo que sepa lo es que realmente sufrir si no ha llorado noches completas así como yo. Estoy segura que en el fondo, ella sabía que sería de él y solamente de él, como finalmente ocurrió. Sus sueños de niña alegre y llena de sol se hicieron realidad. La mentira social se hizo una realidad para ella. Ahora tiene fotos donde sale de blanco para sacarle pica a sus amigas solteras, ahora tiene un anillo para frenar a todos los que la criticaban por aguantar tanto tiempo para casarse. Ahora las puertas sociales se le abren y dejo de ser una paria y jamás será una solterona. Y mientras ella reparte flores, alegría y color con un cambio en su estado civil, yo sigo aquí: aguantando. Porque yo sé aguantar. A mí jamás me importaría un reverendo carajo todo eso que he mencionado antes. Yo sí me considero una mujer de verdad, aunque muchos de ustedes me digan que soy una mierda y una puta por pensar así, pero yo sí soy de verdad. Yo si temo, amo y vivo, no porque a alguien le guste o no, sino porque así lo he decidido. Yo decidí amar a SÑ. Yo decidí vivir luego que él me dejó para finalmente elegir a MH. Y sí, me siento la mujer más fuerte del mundo por ello, porque no tienen la mejor idea de lo que fue recorrer la ciudad sola mientras pensaba en que los dos tórtolos estarían haciendo a millas de distancia de todo. Pensé que él nunca volvería, pensé que mi vida había terminado, pensé... en que el dolor era interminable. Pero no lo es. Y considero que vivir todo eso y superarlo tiene mucho más mérito que una estúpida sortija de metal que se desgastará si uno no comprende el valor de ellla.


* * *

Hoy todo está gris. Me considero más atenta a todo aunque mis pies estén helados y esté sola por el momento. No es algo para sufrir, sino para enfrentar. Yo sé que hice algo que no debiera, pero no me avergüenzo de ello, ya que me ayudó a entender mejor el mundo, a ser mejor persona y mejor mujer. ¿Ya lo había dicho no? Pues sí. La vida cambia, yo cambié. El clima invernal pronto se acabará y ya no me quejo. Quejarse y hacer bronca por las huevas es de cobardes. Yo quiero seguir adelante, tengo la intención.

Además, no todo en el invierno es SÑ. El Fuhrer me sigue explotando y me ayuda a distraerme, con lo que me cuente y con lo que me haga reír. También él me reveló unas cosas sobre alguien que trabaja en la misma oficina de nosotros y tenía ciertas intenciones conmigo que yo lamentablemente no compartía. Esta persona, A, me las mandó vía SMS para saber qué sentía yo. En realidad, fueron palabras muy lindas, eran poesía romántica, y por eso me dio un poco de pena decir que no. Pero esas palabras no me hicieron sentir nada hacia A, sino que más bien me hicieron imaginar a SÑ diciéndolas. Y me hicieron recordar al SÑ que nunca las dijo. Hubiera querido que él las dijera, pero no fue así. Él sigue hablando normal, y yo sonrío y hablo normal. Ya soy más sabia. Hay cosas que me callaré, de las que no volveré a hablar.

Supongo que veo las cosas así porque estoy sola y enamorada de un imposible. Tal vez si sigo caminando alguien me encuentre, o yo encuentre a alguien. Si el invierno se puede acabar, aunque duro mucho tiempo, también yo pueda estar mejor luego de cierto tiempo. La verdad es que sigo triste, pero esta vez tengo ganas de estar mejor. Creo que ahora tengo una verdadera oportunidad de estar bien, y quisiera que SÑ aún esté ahí, pero eso depende ahora más de él que de mí. Le toca intentar. Lo que sea, pero intentar. Yo no tengo miedo, sigo esperando, sigo viviendo.