viernes, 11 de mayo de 2012

Tu silencio

"En tu silencio habita el mío".

Hace unos minutos escribí en una red social: "Lo que me molesta no es que me oculten la verdad, sino que me la oculten, o crean que no soy los suficientemente inteligente y/o madura para soportarla". Y eso va para ti, mi estimado SÑ.

Esta, como verás, es una entrada con una queja pendiente de un bien tiempo. Está bien, las mujeres estamos medias locas, de repente este blog es una muestra de ello, pero también es cierto que hace tiempo yo he hecho los méritos suficientes como para salir de la esfera de dominio de la locura femenina y me he ganado un puesto con las mujeres que superan su propia biología y psicología social para aplicar la inteligente objetiva en todo sentido. ¡Me lo he ganado! Y que recibo a cambio: el típo silencio masculino con el que los hombres creen poder solucionar todo. Pero... no. No. NO.

(suena "Sabotage" de los Beastie Boys).

¿Acaso no he soportado verdades más que amargas? No estabas enamorado de mi, está bien. Te quedaste con MH, y no solo eso, sino que además tuviste tu evento con ella, fine. No puedo llamarte cuando estés en la oficina porque te incomodan las llamadas, comprendido. Hay lugares a los que no puedo ir contigo, aunque yo quisiera, por temor a que alguien nos encuentre, roger that. Entonces, ¿qué te hace pensar que hay verdades que debes de ocultar, solo porque crees que me voy a molestar? Creo que ya quedó claro hace tiempo lo siguiente: tus verdades, las aguanto. Tus secretos, me joden la existencia.

(WHYYYYY??!!!!!! dice la letra de "Sabotage").

Ah, y si crees que voy a andar con cara de perro, cual mujer resentida que se lamenta la mala suerte de la persona a la que ha elegido para querer... te equivocas rotundamente. Te quiero, y mucho. Y continúo a tu lado. Justamente por ello es que creo que vale la pena solucionar este tipo de situaciones, para seguir bien como lo hemos estado. Pero, SÑ, en serio, ¿cuáles son las necesidades de tu silencio? Me has contado cosas que yo guardo bien, y yo también te he contado cosas muy mías. Los secretos causan desconfianza, no solo entre las parejas, sino también entre los amigos, cosa que yo al menos sí somos en todo el sentido de la palabra, y solucionar ese dilema nos puede ayudar.

Así que, SÑ, deja de creer que soy una estúpida más que no sabe aguantar las cosas que le dices, porque ya sabes que no es así. No solo porque yo lo diga, sino porque la experiencia anterior lo dice así. Quiéreme como siempre y dime la verdad. No me ocultes nada solo por miedo de mi reacción. Ten miedo, más bien, de mi reacción cuando me ocultas cosas, porque eso sí que me revienta y hace que me den ganas de patear todo, joderte la vida a ti, y por tiempo prolongado.