viernes, 10 de noviembre de 2017

Un llamado a las armas

¡Cómo no me pude dar cuenta de algo tan obvio! 

A nivel nacional e internacional, hay un despertar común y muy conocido en estos días: EL FEMINISMO. Poco a poco muchas mujeres han reconocido conductas saludables para ellas, así como las que les hacen daño, y hacen llamados generales a fin de que otras mujeres ("hermanas", como nos comenzamos a llamar) también reconozcan esas conductas y se liberen de aquel monstruo que se mantiene tan arraigado en nuestra sociedad estos días: el patriarcado, EL MACHISMO, enemigo de todos, no solo de las mujeres. 

Cuando descubrí el feminismo, como término e ideal, era aún una adolescente. Por supuesto que me encantó la idea, por supuesto que leía sobre ella. Incluso fui a una FIL a buscar El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, y al encontrarlo me lo devoré como el cristiano que lee la Biblia por primera vez. Me di cuenta que efectivamente, habían muchas cosas en la sociedad que no son naturales, y no tienen por qué serlo, que a las mujeres nos enseñaron conductas y formas solo para mantenernos como lo que supuestamente éramos: el segundo sexo, las ciudadanas de segunda clase sin privilegio y sin honor que debíamos de ser simplemente porque "así eran las cosas". I CALL BULLSHIT. 

Claro que ahora, no tenemos ni la menor intención de seguir siendo eso que nos enseñaron. Queremos igualdad, respeto, oportunidades, pero RESPETO es lo que más nos llama la atención y lo que menos parecen algunos hombres de querer brindarnos. No solo por la alta tasa de delitos sexuales cometidos en agravio de las mujeres, sino también por las burlas, insultos, vejaciones y acoso del que somos víctimas todos los días. En estos instantes, mientras escribo esto, y mientras ustedes lo leen, hay mujeres (no solo una) siendo agredidas de alguna forma. Y sufren, porque además de ser agredidas, a la sociedad le importa un carajo apoyarlas. Probablemente haya otro grupo que en estos momentos esté siendo puesta en duda por cualquier circunstancia, real o ficticia, que pudiera haber ocurrido en el momento de la agresión. 

Le creemos a un jugador de fútbol cuando dice que no usa drogas, incondicionalmente. Pero a una madre, hermana, hija, esposa, amiga, le ponemos en duda la agresión. SIEMPRE.

Y no es justo. Por eso me he unido a cuanto grupo que he visto en el que las mujeres, unidas bajo una misma bandera y un mismo argumento lógico, buscamos que se nos trate con el respeto que merecemos. No por ser mujeres, no por ser débiles, sino por ser miembros de la especie humana, que sienten y piensan, que se indignan, que no quieren un trato diferenciado, que no quieren tu lástima, sino tu respeto. No es ciencia nuclear, pues.

Bueno, al punto: he llegado a uno de estos grupos en los que me siento muy cómoda hablando con otras mujeres, compartiendo no solo denuncias, sino también consejos y apoyo que nos brindamos en tiempos difíciles (o sea: siempre). Con el paso del tiempo, haciendo lectura de algunos casos que se comparten en este grupo virtual, algo me ha llamado mucho la atención, y son las experiencias de relaciones tóxicas. Y me ha llamado la atención porque tienen los elementos de una situación que se me hace familiar... al haberla vivido.

Pues resulta que lo de SÑ no era tanto mi responsabilidad como yo creía, sino que era una relación tóxica. ¿Fui víctima de una relación tóxica? No me lo termino de creer, les juro que me sorprendí mucho cuando notaba los elementos de una relación tóxica tan similares en mi propia experiencia. Yo siempre sentí que lo de SÑ era también responsabilidad (o irresponsabilidad) mía, y hasta ahora lo siento así, pero parece que también fue violenta. Es decir, tiene todo lo necesario, cual guión, cual enfermedad mortal: 

¿Me agredía verbalmente? Claro, cuando me decía "fea", "horrenda", aunque fuera en forma de broma, así es más fácil agredir a alguien, para que no se de cuenta. También cuando minimizaba mis pensamientos, cuando me pedía no discutir por algo que me molestaba por a él "lo incomodaba". Cuando me mandó a la mierda alguna vez por reclamar cosas que no me gustaban, o cuando me dijo un par de años después, que no tenía derecho a reclamar nada, el famoso "eso no te concierne".

Claro, dirán seguro "pero estúpida, tú eras la otra". Si, bueno, es justamente eso lo que me hace pensar que esto fue responsabilidad mía. Seguimos.

¿Agresión sexual? Miren, no voy a entrar en detalles, pero digamos que sus formas físicas, como las verbales, no eran las más saludables. Debo intuir entonces que el sujeto, como yo, tenía demasiados complejos y asuntos pendientes consigo mismo, y sobretodo con las mujeres, que no resolvió en su oportunidad, por lo que terminaba afectándome a mí también con su conducta y sus modos.

¿Agresión física? Una vez, caminando hacia la sala de cine (recuerdo que la película era Star Trek, del 2009), de la nada comenzó a empujarme. Pero no empujoncitos inocentes, sino empujones que me sacaban de mi punto de equilibrio. Cuando le expresé mi molestia por esto, él lo hizo con más fuerza. No logré caerme porque en fin. Nunca se disculpó por ello, pese a que le expresé lo mucho que me jodía esa actitud, aunque no lo volvió a hacer. Clever boy.

Lo que sí nadie me sacará nunca de la cabeza, y de lo que no tengo duda alguna, es que SÑ era agresor, porque además era MANIPULADOR. Yo no era una santa paloma, pero mi casi nula experiencia en relaciones con el sexo opuesto me hacía la víctima perfecta, además que era muy vulnerable entonces, y SÑ percibió esta vulnerabilidad y se aprovechó de ella. Si, se aprovechó, y yo fui si, también, MUY IDIOTA, para caer con todo esto. No solo el feminismo me enseñó esto, sino también el finalmente estar en una relación saludable con una persona que tiene la madurez emocional suficiente para asumir sus sentimientos y pensamientos. El feminismo solo se encargó de aclararme bien todo el panorama.

Pese a todo ello, no lo odio. No puedo decir que solo eran agresiones y dolores, sino que hubieron algunos momentos, aunque fueran contados con una sola mano, en que me sentía bien con él, cuando conversábamos y parecía que nos entendíamos. Y tampoco deseo un castigo severo para SÑ, sino que encuentre la paz. Porque sé que la forma en que va por la vida no le ha otorgado o le otorgará paz, sino entregarse a sí mismo y reconocerse, hacer lo que le pedí hiciera: reconocer sus sentimientos, pero ya no para hacerme feliz, sino para hacerse feliz.

Por otro lado, debo admitir que también me llegué a sentir muy culpable. No solo por caer en un papel tan imbécil, sino también por haberme dejado hacer víctima por alguien que al final no valía tanto la pena como yo creía. Espero llegar a perdonarme alguna vez por lo que pasó y vivir sanamente, y sé que reconocer todo esto es el primer paso para sanar finalmente. Le agradezco a la vida la oportunidad de iniciar nuevamente, de sanar, y sobretodo, de pelear por mí misma.

miércoles, 18 de enero de 2017

Encuentros y Desencuentros

Había que tomar una decisión sobre todo esto.

La semana pasada era un manojo de emociones. Terminé demasiado confundida y la verdad es que yo soy la culpable de esto. Como bien me suele decir GF, mi autodestrucción me puede llevar a sufrir mucho y a no dejarme vivir. La semana pasada casi y me pasó esto.

Como bien saben, estuve con ese vaivén de emociones porque me puse a leer conversaciones antiguas que habíamos tenido SÑ y yo. Obvio, eso NO PUEDE ser saludable, y no lo fue entonces. Ello hasta me llevó a pensar que tal vez yo aún podría seguir... sintiendo algo por SÑ, pero la verdad es que ahora, con calma y respirando profundamente, entiendo que no es nada de eso. Era la fuerza de la costumbre la que me llevaba a sentirme así. Nada más. Además, todas las conversaciones que revisaba eran bonitas, llenas de risa y bromas, de una época en la que teníamos momentos felices, pero que duraban muy poco en vista de que la realidad se imponía ante nosotros. No faltó, claro, la conversación tensa en la que yo quería ir más allá y él no me dejaba, y que superábamos conmigo cediéndole todo el terreno a SÑ. Les juro: leí esas conversaciones y sentí mucha vergüenza de mí misma, por haberme dejado hacer eso, y por no haber hecho nada para cambiar esa situación.

El sábado en la noche, me encontraba en un parque muy bonito de la ciudad esperando a GF, y fue cuando aproveché para hacer lo que me daba un poco de miedo hacer: si quería deshacerme de esa confusión de una vez, debía de revisar la última conversación que SÑ y yo tuvimos, esa que estaba tan llena de dolor y pena y que marcó el final de todo esto. Efectivamente, todos esos sentimientos se encontraban presentes, y mientras leía las últimas frases hirientes que me dedicaba SÑ, recordé por qué motivo había decidido salir de ahí: yo amaba a SÑ, me hubiera cortado un brazo por él, pero él no solo quería el brazo, sino también la pierna, las orejas, la nariz, quería demasiado, la relación con él me pedía sacrificar demasiado, y yo ya estaba muy cansada. No diré que todo fue malo, pues tuvimos buenos momentos, nuestras conversaciones siempre eran entretenidas, y teníamos mucho en común, pero eso ya no era suficiente. Yo quería más, NECESITABA MÁS, y él no me lo podía dar, ¿qué otra cosa podía hacer?

Finalmente, cuando llegó GF, tuvimos una conversación sobre nuestra relación. No mencioné a SÑ, pero si le pedí que me aclarara un par de puntos sobre nosotros. De más está decir que GF es maravilloso: me escucha, intenta ayudarme a calmar mis emociones y no tiene miedo de expresar lo que siente, y no le incomoda que los dos lo hagamos. Es la luz en las tinieblas en las que me encontraba. Me salvó la vida... y me la sigue salvando cada vez que puede.

Entonces, esta semana comenzó y yo ya me sentía más tranquila y segura en mis sentimientos. La vida laboral continuaba como siempre, y yo me iba aligerando más de lo que casi me termina jodiendo la vida (otra vez). Ayer en la tarde, GF me estaba viniendo a recoger al trabajo para irnos juntos a casa y a hacer unos pendientes que teníamos. Yo fui feliz de ver a mi chico esperándome, como lo ha hecho otras veces, y bajé a su encuentro.

Caminamos juntos a tomar el bus para ir a casa, cuando me crucé con alguien a quien no veía de cerca en mucho tiempo: (suspenso) (suspenso) (MÁS SUSPENSO) era ECN, la misma de toda la vida, con la cara más seria que se puedan imaginar, saliendo del edificio donde se encuentra trabajando SÑ. Al verla, no pude evitar esbozar una sonrisa, aunque claro, no le dije nada a GF, porque no era necesario, pero yo ya estaba confirmando con ello lo que sospechaba hacía un tiempo: ECN está TRABAJANDO CON SÑ. Y la verdad, es que eso me hizo reír. El reemplazo más vil y más bajo de toda la vida.

Ah, y que SÑ, si lee estas líneas, ni siquiera se le ocurra pensar que yo también lo reemplacé. No querido: yo no fui a conseguirme un amante, sino una pareja de verdad. Tú, en cambio, te conseguiste a alguien a quien le has dado EXACTAMENTE el mismo lugar que a mí. Durará lo que tenga que durar, es cierto, y luego el karma se encargará de ustedes, así como se encargó (y se encarga) de mí.

Finalmente, el encuentro con ECN me ayudó a terminar de recordar el por qué me salí de todo eso. Claro, con un poco de ayuda de ECN y con el empujón definitivo de SÑ, que al final, en vez de hacerme un mal, me hicieron el mejor bien de la vida. Al final, si tengo mucho que agradecerles: gracias, gracias por sacarme de la oscuridad. Y les deseo la mayor de las suertes en las tinieblas.

jueves, 12 de enero de 2017

Llámenme Tracy

Solo para seriéfilos.

Si eres fanático de House MD, conoces A LA PERFECCIÓN quién es Tracy. Y si no sabes, pero igual estás leyendo este blog, entonces procedo a explicártelo: Tracy es la ex esposa de Gregory House, a quien dejó luego que este último se volviera un miserable producto de la operación a la pierna que lo dejó cojeando y con dolores de por vida. So far, so good. Ella se fue, hizo una nueva vida, se casó... y luego, para darle sabor a la serie, regresó como asesora legal del Hospital.

Claro, al inicio Tracy sigue con la determinación de que alejarse de House fue lo mejor, y sigue con su vida. Pero por supuesto, diversas situaciones se presentan entre ambos, hasta que al final Tracy le da una verdad a House que ella misma negaba: "no te he olvidado". ¿Luego de tanto?, ¿luego de todo lo ocurrido? Si. Y House, que al parecer ha estado muriendo de amor por ella, al final... la rechaza. Ella, con el corazón roto, se aleja definitivamente de él, luego de haber sacrificado tanto por un amor que pensó le corresponderían, pero nuevamente le rompen el corazón.

House MD era la serie favorita de SÑ. Y si, él mismo se veía como Gregory House, incluso llegó a adoptar gran parte de su filosofía como propia. Yo no lo podía entender, en vista de que siempre he sido mucho más emocional que mental (aunque otros crean distinto a veces), y más me vi como Cuddy... o como Tracy.

Y si hoy me vuelvo a ver como Tracy es con mucha vergüenza. Como bien dije en el post anterior, he estado revisando conversaciones antiguas con SÑ y he sentido mucha nostalgia por esa amistad que se fue para no volver. Pero aunado a ello, la presencia fija (aunque distante) de SÑ en mi vida, me hacen sentir muy Tracy en el momento que le dijo a House "no te he olvidado". Y me dan muchas ganas de decir lo mismo, de acercarme, de volver a caer en las tinieblas y jugármelas por algo que tal vez no vale (o nunca valió la pena)... siento ese deseo casi incontenible de volver a buscarlo, de reírnos, de comentarle tantas cosas, y todo eso siento que en este mismo instante desborda de mi pecho como una marea sin control, pero como algo que a mi entrada edad (y casi entrada madurez) trato de tomar con la mayor discreción posible. Yo ya no soy la de antes, no quiero serlo, pero carajos, cómo me gustaría volver a hablar con SÑ y ver su sonrisa de nuevo.

No soy ingrata: sé que SÑ me enseñó mucho. Viví cosas bonitas con él, y esas son las que más extraño. Pero la verdad es que en mis recuerdos lo idealizo demasiado. Olvido las penas, las broncas, el esperar sin recibir nada a cambio, las sombras, y todo lo que me costó mis lágrimas. Y entiendo que luego de lo que hice (lo que le hice a ECN y estar con GF casi a la vez que SÑ y yo dejamos de hablarnos) SÑ no querrá ni hablarme, y también que seguro será como él me dijo: que no pensaba quedarse a rogar un lugar en la vida de alguien si la otra persona no lo quería, que no era de él esperar cuando no lo querían. ¿Y si lo quiero?

PERO NO. NO, NO Y NO. Soy muy consciente de que todo eso tiene un precio, y no pienso arriesgar lo que tengo ahora. Si, claro, lo admito: muchas veces quisiera volver. Pero no lo hago. Y no es amor señores, es amistad, es nostalgia, es la pena de ver a un ser que me fue tan querido, tan lejos. Pero si lo hago, no solo sería la mujer menos consecuente del Universo, sino que además me causaría mucho daño, y daño a MH, a GF, a mi familia, a ECN tal vez, y no quiero eso.

Yo siempre he confiado que todo en la vida es temporal, lo bueno y lo malo, y confío en que lo me pasa en estos momentos es algo que en cualquier momento se acaba y punto. Si SÑ se fue y sobreviví a eso, y formé todo lo que ahora tengo, no voy a arriesgarlo solo por un impulso. Seré Tracy en estos instantes, pero no siempre. Eso espero.

lunes, 9 de enero de 2017

"Do you feel it?"

He estado viendo mucho "Rick and Morty". 

 Tengo un punto, ¡lo prometo! Bueno, como les decía: he estado viendo mucho Rick and Morty. Es una serie de dibujos para adultos, original de AdultSwim, pero cuyas dos temporadas están colgadas en Netflix. Don GF me presentó la serie, yo la continué y por algún motivo, que imagino ustedes podrían adivinar, todo me llevó a pensar en SÑ.

Y no, no es solo porque el tipo aún tenga la ventana abierta y yo pueda ver todo lo que él quiera que yo vea, sino por la música. Siempre será la música. Uno de los episodios de Rick and Morty finaliza con una canción del grupo Chaos Chaos. Yo nunca había escuchado hablar de estas flacas, pero cuando escuché la canción por primera vez me gustó. Luego, otro amigo que se hizo fan de la serie, me pasó el nombre de la canción y... digamos que en estos instantes la vengo escuchando en loop infinito en la oficina, mientras tengo la pantalla frente a mí y a SÑ en la espalda, a varios metros de distancia. Y escuchando "Do you feel it?", la canción del episodio en cuestión, debo admitir algo que me da mucha vergüenza admitir: he sido débil. Y he sido una cojuda, una reverenda cojuda.

 Mientras SÑ está a mis espaldas, debo admitir que lo he recordado mucho, y lo he recordado con tristeza. He entrado al servicio de chat que usábamos hace tiempo para comunicarnos y he leído varias conversaciones que sosteníamos y una que otra me hizo soltar o una lágrima o una sonrisa. No puedo ser cínica (creo que debo reiterar eso): mi vida con SÑ no fue enteramente mala, nos reíamos mucho, compartíamos mucho y nuestras conversaciones eran buenas... pero yo sufría mucho. Sé que sufría, nadie me tiene que convencer de ello, y era por la simple razón de que nunca fue mío, y nunca quiso serlo. Tuvo oportunidades, creo yo, pero no las quiso tomar. Y yo también tuve muchas oportunidades de dejar todo esto e ir por cosas mejores, pero no lo hice. Al final, quedamos como estamos ahora: mirándonos a la distancia, esperando que el otro hable, sabiendo que eso no ocurrirá.

Pero eso no evita que a veces extrañe su sonrisa, sus chistes (tontos, por cierto, en su mayoría, pero igual me hacían reír) y nuestras conversaciones. No se confundan (eso también creo debo reiterarlo): hacía mucho que ya había dejado de estar enamorada de él ("eso no te concierne" marcó mi punto final), pero igual apreciaba mucho su amistad. Lamentablemente, para él mi amistad no valía mucho si no estaba acompañada de sexo, es lo que creo. Y cuando dejo de existir esa posibilidad, fue cuando se marchó.

Porque la verdad es que se marchó porque ya no le gustó la persona en que me convertía, lo estaba decepcionando. Pero decepcionarlo a él, era gustarme a mí misma, porque me gusta el tipo de persona en que me he convertido, y no cambiaría. Ni por SÑ. Y entiendo que esta distancia es el precio a pagar por una vida mejor, una en la que no estoy ansiosa, triste o deprimida todo el tiempo, y menos por alguien que se supone debería hacerme feliz.

Así que poco a poco, mientras aún lo voy extrañando en ciertos aspectos, iré superando su ausencia en mi vida, el cómo me reemplazó (si, lo hiciste, shame on you) y continuar sin el consejo de alguien a quien yo veía más allá del amor o el sexo. Pero sí así deben ser las cosas, entonces simplemente miraré a la ventana de vez en cuando, pondré buena música y poco a poco me levantaré más allá de todos esos recuerdos. En nombre de una vida mejor.

 Poco a poco espero poder ir olvidándote del todo, SÑ, "do you feel it?"