sábado, 28 de noviembre de 2009

Además y todavía aún

Como muchos saben, una de mis características no es mi estoica voluntad, sino el antónimo de esta. No tengo fuerza de voluntad para dejar de lado el cigarro, bajar de peso, dejar mi trabajo, decirle que no a alguien, dejar el sexo... y mucho menos a SÑ.
Hay pormenores que no voy a narrar, pero todos ellos han sucedido en estos últimos días. Volvamos a la semana pasada: un miércoles en la noche, SÑ me llama y ambos conversamos mucho diciéndonos muchas cosas que tan solo una pareja que ha estado junta casi 20 meses puede decirse. Carijo! veinte meses ya? La conc...are. Nunca pensé que esto tendría tan larga duración como la ha tenido hasta el día de hoy. Pero bueno, miércoles en la noche... palabras dulces de parte de SÑ- como pocas veces han sido, ya que el señor no es de expresar mucho sus sentimientos- y un par de lágrimas de mi parte, pensando en ¿POR QUÉ demonios no fue así hace dos meses, cuando yo sentía que lo necesitaba más que nunca y solo su recuerdo me acompañaba junto al Lucky Strike que fumaba de vez en cuando? SÑ no estaba a mi lado, así de simple. Yo lo quería cuando me dolía algo, cuando tenía problemas, pero llamarlo no era una opción. Era aguantar, recordar y esperar que mañana fuera mejor y tuviera nuevas oportunidades en todo lo que me rodeaba.
El jueves pasado recuerdo que fue genial: me encontré con él luego del almuerzo y nos la pasamos riendo mientras pagábamos nuestras cuentas y caminábamos un poco por el centro. Él me hacía bromas, nos reíamos y conversábamos. Para su conocimiento, gente: esa es la verdadera esencia de SÑ y mía. Esos de aquella soleada tarde de jueves somos realmente nosotros. Toda mi fe ha estado depositada en las personas que recuerdo en aquel momento. No en el lado sexual, romántico o formal... sino en lo que somos cuando estamos juntos y nos llevamos así de bien. Eso somos realmente, es la verdadera razón de por qué esto ha durado todo lo que ha durado. Incluso los que fuimos cuando nos encontramos luego para ir a ver 2012 al cine: ese eres tú SÑ... y esa, también soy yo.
Luego los días seguían pasando, pero con un SÑ que yo no conocía, o bueno... si lo conocía, pero lo desconocía ya que sentía que regresaba alguien que hace mucho no estaba conmigo. Y debo decir que extrañaba ese nuevo ser, ese que aparecía frente a mi desgarrado yo y que lo necesitaba con desesperadas ansias. El viernes también hablamos por un buen rato en el telefóno luego de una reunión que tuviera con amigos de la universidad y debido a mis gestos y su método deductivo- inspirado por Gregory House- supo lo que quería decirle hacía tiempo: adiós. Hablamos mucho de eso, y luego de dicha conversación no solo lo sentía más cerca de mí que nunca, sino que además ya no estaba realmente segura de querer terminar con esto.
Ahí es donde pude comprobar que mi entereza dura solo un aproximado de dos meses. Bueno, hasta las huevas, es cierto. Pero no me juzguen si no están seguros tampoco de como actuar en una situación así. Claro que recibí consejos de todo tipo, siendo el más común el típico (y femenino) "como vas a estar con tipo así?" "tiene enamorada, déjalo" "nunca te va a amar y no te va a dar lo que necesitas". Bueno, creo que es el momento apropiado para decir que todo eso me parece parte del acondicionamiento cultural de la monogamia en la que hemos estado metidos todos... especialmente todas. Nadie me dice que no puedo amar a la cantidad de gente que sea socialmente aceptable. Y nadie le dijo a SÑ eso tampoco, pero él lo entendió. Me quiere a mí y a ella. Solo que ella no sabe nada y yo sí. Si acepté las reglas del juego, pues entonces es MI DECISIÓN al final del camino. No importa cuánto consejo reciba. Punto.
Los días que siguieron fueron tranquilos y emotivos porque ahora SÑ actuaba distinto. No eran brazadas de ahogado, de alguien que hace lo posible para que no le digan adiós... era algo más. Empecé a ver que me quería y que estaba conmigo por motivos que mi baja autoestima jamás me ha dejado ver. He sido realmente feliz estos días. Con SÑ a mi lado de ese modo, he sido feliz. Ya no era solo la canción de Katy Perry "Hot n' Cold", y era alguien distinto. Un alguien que yo necesitaba mucho, mucho, mucho (siempre!). SÑ estaba ahí para mí, fue mío estos días. Inmensamente mío, como yo siempre he sido inmensamente suya.
Y ayer viernes... las cosas cambiaron bastante. En medio del encuentro, tuvimos una de las conversaciones más difíciles que recuerdo haber tenido con él. Rompimos... por aproximadamente una hora, en la que pasaron muchas cosas (que por respeto a su figura no planeo mencionar), y yo lloré un montón como no tenía planeado. Él me dijo que había revisado este blog y había leído todo lo anterior. Por la putamadre... el señor leyó todo esto, todo lo que escribí en momentos en los que pensaba terminar con él, pero ahora que mi seguridad me había abandonado, lo único que necesitaba era que SÑ me abrazara y me necesitara tanto como yo lo necesitaba a él. Como no es mi figura la que tengo que proteger, no me da vergüenza decir que supliqué mirándolo a los ojos, le pedí que esto no terminara, que no me importaba si era tan solo el tiempo de descuento si podía pasarlo a su lado. Lloré y lloré hasta que lo tuve en mis brazos otra vez... como siempre he deseado que sea. Con esa misma esencia de un jueves soleado, con los mismos ojos de ternura de aquel primer beso, con los brazos que me sostuvieron un día antes, con esos labios que me han llenado de vida. Y no me avergüenza decirles tampoco que él sigue siendo mío, que aún está a mi lado y no me arrepiento de que así sea.
Y este mensaje va para tí, SÑ, si vuelves a leer esto: QUIERO ESTAR A TU LADO. Aún en este tiempo de descuento que tal vez no dure mucho. Ya sé que puedo merecer otras cosas y vivir muchas tantas que me esperan en la vida, pero no significa este mundo nada y nada lo que me ofrezca si no lo puedo compartir contigo. Eres demasiaaaado importante en mi vida como para hacerte a un lado tan fácilmente. Si te dejo con facilidad es porque no te he amado realmente, y si te he amado... y te amo. Tienes una suerte alucinante: nunca nadie te querrá como te quiero yo. Nunca podrás pedirle a otra mujer que te quiera de este modo porque ninguna otra lo hará como yo. Eso es lo que me hace única y especial. Como te dije: no quiero ser la última, solo especial. Y lo seré, sé que lo seré. Y tú aún seguirás siendo mío en este tiempo que nos quede. Pero yo siempre seré tuya... además y todavía.
Mi voluntad no dura mucho. Perdón por no haber terminado esto. En realidad, pedir perdón es tan solo una formalidad, porque lo que vale mucho más para mí es el amor que siento, ese amor por el que seguiré al lado de SÑ aunque vuelva a ser aquello que me hizo pensar en el alejamiento estos últimos meses. Este es un amor que es todo lo contrario a mi voluntad: dura eternamente.
Canción de la Piaf que mencioné ayer con SÑ a mi lado. Y con traducción incluida.




Dios mío, Dios mío, Dios mío!
déjamelo
todavía un poco
mi enamorado
un día, dos días, ocho días
déjamelo
todavía un poco
a mí.

El tiempo de adorarse
de decírselo
el tiempo de fabricarse
recuerdos
Dios mío! Oh sí, Dios mío!
déjamelo
cumplir un poco
mi vida.

Dios mío, Dios mío, Dios mío!
déjamelo
todavía un poco
mi enamorado
seis meses, tres meses, dos meses….
déjamelo
para solamente
un mes.

El tiempo de comenzar
o de terminar
el tiempo de iluminar
o de sufrir

Dios mío, Dios mío, Dios mío!
aunque tengo la culpa
déjamelo
un poco…..
aunque tengo la culpa
déjemelo

Todavía...!

domingo, 15 de noviembre de 2009

Nada más que hacer o decir

Hoy es el cumpleaños de SÑ. Ya lo llame, en la madrugada (sorry!) y le deje un mensaje de saludo y le dije que no era necesario que me llamara. Estará mejor disfrutando con la familia ya que nuestro alejamiento es mas inminente que nunca.
No se trata de imaginaciones: en realidad nos hemos alejado, y mucho. Lo que eramos hace un tiempo ya no está, y los cariños que me brinda por teléfono ya no son suficientes y no han cambiado lo que escribi hace casi un mes en este blog: esto se acaba. Y se acaba ya.
Crei que seria bueno esperar hasta la graduacion para dar el adios, pero no. Luego de lo leido, de como lo siento y la sensacion de aburrimiento con la que lo percibo, creo que lo mejor es hacerme a un lado. Y en realidad, ni siquiera es tan malo. Si él la ama, que hago yo ahi? Si no puede estar conmigo, que hago yo ahi? No tengo motivos para quedarme, y el amor que siento por él no tiene nada que ver. Yo lo amo, con todo mi ser, pero ya no tengo fuerzas.
Cada día encuentro mas razons que refuerzan mis ideas. Creo que la vida me quiere lejos de él. Supongo que eso está bien. Yo antes no quería alejarme... pero lo pienso dos veces ahora. Parte (gran parte) de mí desea ser libre de su recuerdo, de todo lo que es SÑ.
No hay nada más que hacer, mucho menos para decir, pero está totalmente decidido: decir adios... crecer.