domingo, 30 de mayo de 2010

Deja que entre el sol

Perdóname MH. Perdóname por quitarte al amor de tu vida, a aquel con el que habías decidido casarte desde Dios sabe cuánto. Perdóname, pero... creo que solo lo hice por amor. Realmente me había enamorado de él, deseaba estar a su lado casi tanto como lo deseabas tú, quedarme con él viendo el atardecer y el amanecer. Verlo dormir, sonreír.

Perdóname, MH, por lo que te hice. Sé que estuvo mal estar con SÑ en estas circunstancias, cuando estaba en mi poder decidir que todo fuera distinto. Podía haberle dicho que eligiera y no dejarlo vivir en el limbo todo este tiempo. Lamentablemente fuiste tú quien tuvo el valor de terminar todo, ese valor que yo creí tener hace un tiempo y que se me fue de las manos con un par de lágrimas. Tuviste el valor de que todo terminara, y no solo con él, sino que también me fregaste a mí, pues lograste que SÑ terminara conmigo y me apartara de su vida. Bien dicha estaba mi frase de que cuando lo dejaste de querer... él me dejó de querer.

Fui víctima de una infinita tristeza entonces, una que seguro también llevaste en el corazón. Las dos fuimos víctimas de nuestras acciones. Tú al no entenderlo y hacer que me buscara, y yo... por, bueno, lo que me pasó con él. Todo esto fue culpa nuestra. Pero creo que más de él, obviamente. Porque ningún manifesto femenino está completo sin que haya un hombre al que echarle la culpa. SÑ tuvo más culpa que nosotras, pues fueron sus dudas, sus inseguridades, incertidumbres inexplicables las que no llevaron a estar esta noche yo en este blog, y tú en un bus de regreso a Lima... esperando ver a SÑ recogerte del paradero.

Mierda. Mierda, mierda, mierda. Claro que me pone mal que la vea luego de tanto tiempo, cuando nuestra "amistad" va viento en popa. Me da mucha pena y cólera que tenga que seguir aguantando su presencia, llorar aún por ella cuando quiero que SÑ sienta otra vez. Pero por el momento, mientras siga volviéndome loca, eso no es posible. Lo que necesito en estos momentos es hacer un plan de batalla, algo que me permita ir por delante de ella, porque esta vez... es la guerra.

SÑ está solo. Es la oportunidad. Finalmente entendí hace una semana el daño que le hice a MH y me arrepiento por haberlo hecho... pero lo amo. Y está soltero. Es hora.

Hay que dejar salir a la mujer-luz. DEJAR QUE SALGA EL SOL. Hace una semana, Alesh me llevó al teatro por primera vez en mi vida. Fui a ver una serie de canciones de musicales famosos. Y uno de ellos era de "Hair": Aquarius y Let the Sunshine In.

Entendí mientras escribía esta entrada de que tengo la oportunidad de hacer las cosas bien, y así será. Volverme loca, dejar que los celos se apoderen de mi mente es lo último que debo hacer. Tengo que concetrarme, enfocarme en lo que deseo y lograrlo. Quiero a SÑ, es todo lo que necesito saber. Las sombras se alejarán de mí conforme sea lo más yo misma posible.

Hay que dejar que entre el sol. Sé que ella lo quiere tanto como yo, pero no me puedo dejar ganar. No voy a permitirlo. La angustia no me ayudará de nada, tampoco revolcarme en dolor o en cólera. Es ser yo, lo mejor que pueda. Dejar las cojudeces, las estupideces femeninas, y ser FAVIEL. Hay que dejar que entre la luz del sol. Vamos a darle con todo, con toda la fe posible. Es mi promesa en silencio la que te hago SÑ: ni la angustia ni las sombras podrán conmigo.

Siempre puede ser peor. Ahora, let the sunshine in.

jueves, 27 de mayo de 2010

Cosas de Mujeres

Cuando se trata de tocar temas en los que se enfrentan diversos clichés femeninos, SÑ y yo hemos tenido innumerables discusiones (quiero pensar que) intelectuales. No solo me ha dicho todo lo que ve en las mujeres, sino que también mucho de lo que dice ME JODE realmente... y es justo porque mucho de eso es cierto. Sadly, but true.
Me puse a pensar en eso mientras veía la nota del Comercio que habla acerca de como se promociona la nueva pelicula (si es que se le puede llamar así) de "Sex and the city 2" (y es que hubo una primera parte que me imagino es tan mala y falsa como la secuela). Los que sabemos de que se trata no es necesario explicarlo. Y en realidad, esta serie me parece tan burda que hasta flojera me da intentar explicarlo de manera lógica.
Pero no puedo ser hipócrita: hubo una época en la que yo también me dejé engañar por esta serie, que intenta mostrar un frío intento de mujer independiente socialmente - dependiente sentimentalmente. Eso parece ser lo único que somos nosotras: mujeres que nos jactamos de nuestra independencia declara por compañeras nuestras desde inicios del siglo XX, mientras que aún lloramos y nos revolcamos en el suelo cada vez que el hombre de nuestros sueños nos ha hecho a un lado con la intención de pastar en lugares más verdes. Y yo realmente SÉ que no solamente esas dos facetas son las que definen a las mujeres. Por eso, luego de un tiempo, mandé al cacho a la zorra de Carrie y compañía para buscar mejor la definición del ser femenino, ese que dicen es el sexo débil.
Para Simone de Beauvoir, la definición fue: Le Deuxieme Sexe. El Segundo Sexo. Si van a la Wikipedia, encontrarán la información que les permita comprender de manera sencilla de qué trata. Pero para saber "de qué trata", hay que leer el libro. Al ojear las primeras páginas de las 600 aproximadamente, verán como incluso algunos santos católicos indicaban que la mujer iba debajo del hombre, que filósofos griegos decían que la mujer era "un hombre fallido", y que en realidad TODO LO QUE LA SOCIEDAD NOS HA DICHO HA SIDO UNA GRAN MENTIRA. O bueno, al menos, la gran parte de lo que siempre nos dice.
El libro de mi tía Simone es una genialidad, de más está decirlo. Mientras más lo leía, más lo llegaba a comprender, a ella, y a mí también. No, no se equivoquen, no es un libro de auto ayuda, sino que es un ensayo. Es lo que Simone meditó y reflexionó luego de que su par Sartré le preguntara qué había sido ser mujer para ella. Oh si, nuestra tía Simone la pensó, investigó, refutó, contradijo... y escribió. Escribió lo que vio en la sociedad, entendió de qué se trataba todo esto, y nos lo entregó en la bandeja de plata que son las páginas que contienen su conocimiento. Su gran entendimiento de las cosas. Nada fácil de descubrir, pues su lenguaje es un tanto complicado, pero además de la mente, una tiene que leerlo con el corazón. Con el alma, si es posible.
Simone fue quien me lo dijo mientras la leía entornillada en mi sillón rojo. La verdad de la milanesa, es que la sociedad es quien define a las mujeres. Muchas veces nos dicen que nuestra verdadera naturaleza es esto o aquello, pero nada de eso es verdad. Los patrones culturales y sociales se han creado para que las mujeres los sigan, pero no tiene que ver nada con nuestra naturaleza. La definición ha sido creada para la mujer, en base a la definición del hombre, y es por eso que no hemos tenido identidad propia, o en todo caso, la sociedad se basó al parecer en lo que observaba de nosotros para hacer una "teoría" sobre la mujer. Pero la verdad, es que no somos eso.
No somos independientes, pero tampoco somos emocionalmente dependientes del primer mamífero con un buen par de gónadas que aparezca frente a nosotras. Podemos incluso llegar a ser tan prácticas como ellos, tirar sin vínculo emocional y ser rudas y duras como ellos se jactan de ser. NOS PUEDE GUSTAR EL FÚTBOL, y eso no quiere decir que seamos menos mujeres. Podemos ver deportes, tomar cerveza, fumar, y ser mujeres aún. Tenemos el derecho de vernos como queramos, y no con la apariencia de Valeria Maza en el comercial de Saga Falabella o Penélope Cruz en un comercial de Ripley. Podemos sentir que no queremos casarnos y no ser juzgadas por eso. Podemos elegir, porque en realidad... es la nueva época de ser nosotras mismas, y no lo que la sociedad ha determinado que debemos de ser.
Así que por eso, me paso a Candance Brushell por el culo. Y a su falso grito de independencia, que lo que busca es hacernos seguir las mismas normas creadas para nosotras, pero no POR nosotras. Es hora de ser nosotras mismas, chicas. Al carajo con lo establecido. Lo establecido se determina en nuestro ser. En nuestro sexo, que de segundo no tiene absolutamente nada.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Es hora de pagar deudas

Me parece que debo tres entradas como mínimo a este blog, las cuales no he ingresado por motivo de tiempo. Pero en estos mismos instantes esa deuda se paga.


1. "El MALI": ¿no se siente uno cool diciéndolo?

Una noche regresaba caminando de jirón de la Unión, más exactamente por Miró Quesada, en dirección hacia la avenida Abancay, con el fin de tomar la 91 (Ruta Ate-Surco) para regresar a casa, con el resto de los humildes y cansados mortales que regresamos a casa luego de las labores y que el sol se oculta detrás de los edificios. En esta ciudad uno no habla de cerros, en algunas zonas ni se piensa en el mar, pero los edificios siempre están en todas partes.

En fin... regresa y pensaba en la exposición de caricaturas sobre conocidos políticos que hubo hace poco organizado por el Comercio (o Bromercio, o Tromercio, conforme de las notas que uno lea en su tan popular página web). Y mientras caminaba me topé con el "Arte Urban Hall", donde creí que se estarían exhibiendo las imágenes. A través de los ventanales vi que la galería se encuentra en refacciones, al parecer también para poner un café en el interior (que muchos de nosotros quisiéramos que al menos fuera un Starbucks, pero es un San Antonio... al menos eso me pareció leer). La galería me parece muy vistosa, y al verla me imagino una típica galería neoyorquina, en el centro de Manhattan. El edificio oscuro en una calle como Miró Quesada le da esa apariencia.

Entonces, cuando vi la galería vacía, salió de mis labios la frase que motivó esta entrada: "¿No me digan que la exhibición está en el Mali?". Dicha esa frase, siguió un silencio con la reflexión que viene a continuación.

* Para los que no lo saben, el MALI son las siglas de "Museo de Arte de Lima", y como se le conoce actualmente. El último hecho famoso del lugar fue la exhibición de las fotografías que el peruano Mario Testino tomara de las grandes estrellas de hollywood. Finish.

Mientras llegaba hasta Abancay, pensé en lo cool que me había sentido al decir "MALI". Mali... lo pronuncias varias veces y te sientes distinto, como si vivieras en una gran urbe, tipo Nueva York (o NYC como decimos a veces), o como si fueras de lo más modern@. Te sientes bien, que tienes estilo, y que Lima está cambiando. Se está volviendo otro lugar, donde la gente puede salir a tomarse un café luego de la chamba, comer un chicken croissant o un eggmont.

Bah!

SÑ y yo les decimos "pan con pollo" y "pan con huevo", porque en realidad eso son. Llamarlos por otro nombre, no hace que sepan mejor o que sean la última ambrosía que cayera del Olimpo. Las cosas en realidad siguen siendo lo que siempre fueron. El "Arte Urban Hall" es tan solo una galería vacía por el momento, esperando alguna exhibición que probablemente poca gente vaya a ver. Los panes siguen siendo panes, no importa como los llames, o la idea que te hagas por el nombre.

Y el Mali... para mí aún es el Museo de Arte de Lima, donde pasé un verano horrible intentando aprender a pintar, aburrida hasta los huevos y yendo al baño a cada rato para no morir de sueño. Tendría yo unos ocho o nueve años, no recuerdo bien... pero si recuerdo la pesadez de esas clases. Ahora que lo pienso bien, me hubiera gustado aprender algo de pintura, y dibujar mejor de lo que hago, pero esas clases realmente eran aburridas. Ese es mi gran recuerdo del gran MALI.

O para mí: el Museo de Arte. Finish.


2. La mujer de rojo (o "Como hacer que un hombre se voltee a mirarte")

Esto no ocurrió hace más de dos días. Caminaba por Miró Quesada (como en la mayoría de mis historias, creo) y justo antes de llegar a la esquina de Abancay, vi algo que me hizo voltear la mirada... y a casi todos los hombres que estaban por la calle: una mujer vestida de rojo. Pero no era cualquier mujer con cualquier ropa de color rojo. Esta mujer era una de esas con un muy buen cuerpo por donde se le mire, y que además llevaba puesto un sastre color rojo, consistente en un saco y en una falda recta pegada. Bastante pegada.

Iba lo suficientemente pegada a su buen par de piernas, como para hacer que el portero del Banco Central de Reserva, el sujeto que la vio cruzar la calle, aquel por cuyo lado pasó (incluyendo al acompañante), el guardian de la playa de estacionamiento a donde entró y esta servidora del blog, volteáramos y la viéramos cruzar la calle. Sospecho que éramos más, pero no puedo decir exactamente cuántos. Pero no es lo importante.

No es la primera vez que veo una mujer caminar de tal manera y con tal atracción que despierte el ansia de ser mirada por los hombres. A mí me ha pasado un par de veces, pero imagino que hay mujeres que pasan por ello todos los días. Siempre están en eso, aguardando, eligiendo bien la combinación de ropa que las hará irresistibles. Musas. Diosas del sétimo cielo, contra las cuales nosotras las mujeres terrenales no tenemos ni una pizca de chance de competir.

Cuánta envidia. Y a veces... cuánta pena. Los ojos se han hecho para mirar y sería injusto pedirles a los hombres que no lo hagan. A menos que se porten igual de pende..os que SÑ y no solo miren, sino que también toquen el claxon, hagan gestos... aullen a la luna...

Vi a esa mujer de rojo. Solo pude decir: "esa es una mujer que definitivamente quiere que la miren".




3. La decana de América (y de SÑ)

La semana pasada he piasdo San Marcos por primera vez en mi vida. Nunca, en mis 24 años, he pisado alguna facultad de esta "gran" universidad, aquellas que todos ensalzan y tiembla a veces en las voces de los postulantes a las universidades. Como decía mi papá (mejor dicho: dice), esta es la gran universidad del Perú, solo para aquellos que logran ingresar en ella, en la que es difícil mantenerse, donde no está cualquiera, llena de historia... y toda esa cala.

Esta vez fui con SÑ a su facultad: Derecho (obviamente!). Ese día, él estaba invitado a dar una conferencia sobre la Investigación Preparatoria en el NCPP, y había preparado una que le salió genial, debo de decir. Preparó unas diapositivas bastante entendibles que sellaron el éxito de su exposición. Los alumnos lo entendieron, yo también. Y debo de decir que estaba bastante orgullosa.

Recuerdo la primera vez que lo vi exponer. Fue en setiembre del lejano 2008, y fue en el Colegio de Abogados del Callao. Fue su primera exposición también, y habló sobre el Principio de Imputación Necesaria, un tema del cual hemos hablado muchas veces y que él domina bastante bien... aunque aquella vez no le salió todo muy perfecto. Habló muy rápido y algunas cosas en la exposición de entonces no se le entendieron. Fue jocoso cuando él dijo "¿preguntas?" y todos teníamos rostro de desconcertados.

Esta vez en su facultad fue muy distinto: él dominaba la exposición, y se mostró coloquial justamente para hacerse entendible. Tenía el tema estudiado y dominado. Como siempre, era dueño de sus palabras y de sus dones jurídicos. La rompió. Y él lo sabía, por eso estaba tan contento al finalizar (a pesar de que el segundo expositor casi nos dejara dormidos mientras intentaba explicar la Etapa Intermedia del NCPP).

Creo que SÑ también estaba contento por hacerme conocer su facultad, el lugar de sus amores. De eso, me parece, tengo que hablar en una segunda parte. Del parque, del edificio y de los salones. Todo eso que fue su segundo hogar, y que en algún momento también le daba mucho miedo. Donde vivió, creció, y también amó.

domingo, 9 de mayo de 2010

¿Feliz? No, no lo creo

Son ya las doce y media de la mañana. Es domingo. Ya hace media hora que es oficialmente el día de la madre en esta zona horaria. No es por ser cruel, pero menos mal que no soy mamá. No soy lo suficientemente madura o desinteresada para poder críar un ser humano decente y saludable en estos tiempos. Pienso demasiado en mi carrera y en mis vicios sentimentales. Mejor estar así.

Con SÑ, las cosas han ido muy bien en realidad. Hemos redescubierto una amistad que nunca realmente existió entre nosotros, porque creo que desde siempre hemos sido "nosotros" (no voy a utilizar ninguno de los términos que utilizan los demas, ¡me niego!) y nunca intentamos si quiera tener una amistad. Aunque eso de todas maneras estaba dicho. Nos hemos reído más y la hemos pasado más bien cuando nos encontramos. La mayoría de mis crisis han quedado en el olvido y esa mala sensación que tenía todos los días está siendo enterrada por esta nueva era de felicidad.

Uy, chucha. Perdón. No, no es felicidad lo que quise decir. Eso jamás ha existido y jamás existirá creo. Al menos no en este momento. Aunque... recuerdo una vez que me sentí realmente feliz. Estaba con un grupo de jóvenes de la Iglesia que está cerca de mi casa, y practicábamos un baile que mostraríamos en una verbena en agosto. Era un ensayo nocturno ya que en otros momentos nos era imposible reunirnos. En ese momento yo estaba sentada en la loza deportiva del parque junto a la Iglesia, mientras miraba la luz en un trío de postes. Miraba las luces amarillas y en ese momento nada me molestaba, nada me ponía triste. En ese momento miré los postes de luz amarilla y gastada, y pude sentir esa felicidad que pocos han sentido. A los dieciséis años entendí la felicidad, y la sentí. Aunque fuera por una noche.

Pero luego de esa noche, he tenido solo sensaciones pasajeras. Como todos creo. Felicidad real, no, eso no. Al menos no ahora.

Lo de SÑ va bien. Él no ha vuelto a mencionar a MH, así que supongo que ella no pinta en este momento, mientras que yo lo veo más seguido, salimos al cine, a andar por ahí, o nos mandamos mails de manera interminable durante el día, y el Secretario no hace más que molestarse con mis intercambios. Y en realidad no entiendo por qué lo hace, no interrumpo nada ni dejo de hacer nada por escribirme. Allá él y sus manías opresoras. Yo soy feliz escribiéndole a SÑ la más insignificante cosa y esperar que él me escriba, y me encanta lo contenta que me pongo cuando veo una respuesta suya contándome más cosas. Así son nuestros días, que ya se vuelven más y más grises con el invierno que llega.

Pero también son grises por este sencillo motivo, y que es la razón de la entrada a esta hora en que la ciudad baila, toma y se divierte un ya domingo en la noche: TE EXTRAÑO SÑ.

Extraño lo que éramos. Extraño salir con él y que me dice con voz dulce "Te quiero". Extraño sus te quiero. Extraño cuando me besaba o incluso cuando me frotaba la pierna mientras íbamos en el carro. Extraño su sonrisa, su aliento en mi boca, sus abrazos, sus caricias. Extraño acariciar su pelo mientras pruebo sus labios, con ese sabor tan dulce que se quedaba en mí por días. Extraño quererlo y que me quiera. Extraño lo que éramos aunque fuera una mentira. Extraño tenerlo para mí solita aunque fuera en la oscuridad de un parque. Extraño... que me quiera, que me quiera como nunca lo hizo nadie. Y como probablemente nadie jamás me quiera.

Ojalá tuviera el valor de decirle todo esto. Pero temo que si lo hago, toda nuestra amistad que va tan bien, se vaya a desmoronar. Pero sé que en algún momento tendremos que hablar de esto. Y también sobre mis dudas acerca de sus sentimientos acerca de MH.

Por el momento estaré en silencio. Espero poder aguantar mis sentimientos un poco más hasta que llegue el momento oportuno. Mientras, dejo esta de Manzanero, que algún día me dedicara algún día de febrero que ahora parece tan lejano, cuando la distancia caía entre nosotros.

SÑ... ¡cuánto te quiero!