domingo, 8 de diciembre de 2013

Distancias

Seré sincera, pero sin caer en la histeria. Dios me ayude.

Hace casi dos meses que no había visto a SÑ cuando lo encontré el viernes a la salida. La distancia sería de aproximadamente cincuenta metros y él nunca me vio, pero yo lo vi por un instante que parecía una eternidad. El sol de la tarde brillaba en lo alto y yo estaba en el bus que me lleva a casa, parada mirando hacia la calle por donde él salía con su auto. A pesar del tiempo transcurrido pude reconocerlo, nunca lo olvidé. Le había pedido a Dios que me concediera la misericordia de verlo aunque sea de lejos, que me diera la oportunidad de volver a ver a ese hombre a quien tanto extrañaba, con quien había hablado mucho por teléfono o Internet, y me concedió esa misericordia.

Lo que aprendí el viernes es que Dios realmente es misericordioso, pero también que tiene un sentido del humor muy extraño. Sino, ¿por qué hizo que viera a SÑ de lejos, pero acompañado por ECN?

Cuando vi que ambos estaban en el mismo auto, como en mis peores pesadillas de hace medio año, sentí una escalada de cólera que iba creciendo como el rugir de un volcán en actividad. Había una parte en mi cerebro que se esforzaba por mantener la razón, pero yo solo quería bajar del bus, correr hacia ese auto y hacer una escena sacada de las novelas, de películas, y del vídeo musical "Hot n' Cold" de Katy Perry. Por unos instantes, la razón me hizo dudar: ¿y si es MH? No la había visto bien, así que todavía mantenía la esperanza de que fuera cualquier persona, menos quien yo imaginaba. Mi bus se adelantó y quedó parado en un paradero a unas cuadras más adelante, mientras el auto de SÑ quedaba atrapado en el tráfico que se formaba más atrás. Si su auto iba a la izquierda, me pondría a llorar, pero vino en mi dirección, hacia la derecha. Yo estaba sentada al lado de la ventana, con la mejor vista que me permitiera identificar a su acompañante. Cuando su auto pasó al lado de mi bus, el tiempo se hizo lento, eterno, pasó de tal manera que yo tuviera el chance de identificar a quien estaba ahí: era ECN.

Este post estaría lleno de cólera si no fuera por cómo vi a ECN esa tarde: tenía la cara de quien no está feliz de estar donde está, totalmente seria, sin hablar, tan solo muy seria, mirando el camino. De repente la cólera que ya estaba al borde, se esfumó como si no hubiera existido, dando paso a lo que hace ya casi dos meses está ahí: la tristeza. No era de esas tristezas que tienen a canciones de Sin Bandera o Jesse & Joy como fondo musical, sino un fondo de José José, algo que realmente implica tristeza y la pena de quien no sabe si volverá a ver a su gran amor: El Triste (que, irónicamente, sonó en el bus cuando ya estaba llegando a casa). Y la verdad, es que la cólera había desaparecido, dando paso a la tristeza y a un poco de resentimiento.

¿Por qué SÑ no ha tenido tiempo para verme a mí, pero puede jalar a ECN? Es lo que me preguntaba, y con tristeza. Aclaro que es tristeza, porque no quiero que SÑ malentienda mis emociones: realmente me molesté cuando lo vi, pero luego ya no, solo estaba triste. Hace casi dos meses que no lo veo y es porque al parecer MH ha descubierto la cuenta de Internet que usábamos para comunicarnos. SÑ me dijo que cuando MH lo confrontara podríamos volver a hablar con normalidad...pero eso no sucedió. Yo he tenido paciencia, y la sigo teniendo, porque lo quiero y no quiero separarme de él, pero pensé que la distancia que marcaba conmigo la marcaría también con otras chicas. Me equivoqué.

Remarco: no estoy molesta, pero sí muy triste. Hace unos días le dije a SÑ por qué ya ni siquiera podíamos juntarnos para almorzar, y me dijo que es porque al parecer gente allegada a MH rondan cerca de mi zona de trabajo, así que para evitar que nos vieran era mejor evitar esos encuentros. Yo entendí y hasta ahora comprendo que a él no le gustaría que lo encontraran conmigo para no tener un momento incómodo, ¿pero esa regla no podía aplicarla a ECN?

No puedo ser solo quejas y reclamos: SÑ lo ha intentado. Al inicio de nuestra obligada distancia, él no me hablaba y yo de verdad que estaba mal, pero cuando le dije que por favor no me cortara la conversación, él accedió y comenzó a hablarme más seguido. Ahora que conseguí una cuenta en un servicio de conversación, los diálogos se han dado de forma más seguida y de verdad que estoy muy agradecida por estos detalles. Siempre ha buscado hablar conmigo, aunque sea por medios virtuales, y eso me ha tranquilizado mucho. Me hace saber que me quiere y que todo el tiempo y esfuerzo que invierte en contactarme no es solo por algo carnal: debe ser cariño de verdad.

Por ello estaba triste el viernes. Pero estaba tranquila, como lo estoy ahora, porque me siento de alguna manera más segura de los sentimientos de SÑ por mí. No me pregunten por qué, solo me siento un poco más segura ahora. El viernes en la noche me escribió, y tuve las ganas de decirle que había visto a ECN en su carro y decirle todo lo que le he dicho ahora, pero en forma más desordenada y resentida. No lo hice, porque cuando antes le reclamé en situaciones similares, SÑ pensó que los encuentros se debían a que yo lo acosaba (o algo así, algo similar) y que no era por cosas fortuitas que pueden suceder en la vida. Aunque no lo crean, he aprendido a tenerle miedo a SÑ en muchas cosas, por eso creé este blog, para tener una forma de catarsis, algo que el Facebook no me permite hacer, pues MH vigila eso también, y lo único que tengo para soltar lo que tengo es escribir aquí, pero lo hago después de dos días, para que mis palabras suenen con menos dolor y con más cariño. Esa es mi intención:

decirle a SÑ que lo quiero, que lo entiendo y estoy dispuesta a lo que sea necesario, pero que tampoco espere que aguante siempre esto. No puedo aguantar siempre, pero tampoco estoy dispuesta a separarme de él. Qué cosas, ¿no?

Ahora imagino que SÑ se enterará de lo que vi el viernes. Solo espero que no se moleste y no piense que lo acoso y sepa que esto solo se debió a Dios, su misericordia y extraño sentido del humor, esos misterios que no entendemos a veces, pero nos sirven siempre para una reflexión sea verbal, mental o escrita.

miércoles, 31 de julio de 2013

El tiempo de los espíritus

Isabel Allende me abre la mente y el alma.

Veo fantasmas por todos lados. Espíritus. Me hablan, algunos me susurran cosas buenas, consuelos y esperanzas, mientras que otros hacen sonidos espantosos mientras duermo y me dejan insomne llena de terrores de la vida, más que aquellos que causan los seres humanos.

Mientras trato de convencerme de que esos espíritus no existen, los ignoro. Siguen susurrando sus terrores y tratan de contagiarme sus traumas, pero yo sigo con mi vida. Por otro lado, yo soy el espíritu que SÑ prefiere ignorar. Cuando le cuento las novedades de mi vida, aquello que me ocurre y que no le he comentado, esperando una reflexión suya, él lo pasa por alto debido a los apuros de su vida diaria. Tal como hago con mis espíritus atormentadores.

* * *

Isabel Allende me abre el alma a aquello que no recordaba: que la vida es hermosa en medio de toda la miseria que podamos encontrar. "La casa de los espíritus" es una novela que leí hace un par de años, pero que estoy volviendo a leer para no quedarme con la imagen incompleta de la película mediocre que protagonizaron hace años Jeremy Irons y Meryl Streep (lástima haberlos visto en esos papeles, ¡merecían más!), pero a veces me es imposible evocarlos cuando Allende narra a sus personajes. Esteban Trueba ES Jeremy Irons (a mi humilde parecer), y si el personaje de la película hubiera estado mejor desarrollado, su papel no hubiera quedado para el olvido.

La película habla sobre la historia de la familia Trueba-Del Valle en camino al gobierno de Salvador Allende y al posterior golpe de estado de Pinochet y la dictadura que sobrevino después. Claro que la autora no lo dice así todo directamente, pero se entiende. Así también se entiende que el "Poeta" es Pablo Neruda, y creo que el personaje de Pedro Tercero García está inspirado en Víctor Jara, aquel que me canta "El derecho de vivir en paz" cuando tengo nostalgia y pienso en una luna llena a punto de explotar llena de emoción y el clamor del grito socialista de entonces. Y en medio de la lectura recordé que este año es el Cuadragésimo aniversario de aquel golpe de estado infame que desbarató un gobierno elegido por la gente, aquel que acabó con gente brillante como el Poeta y calló el clamor de paz de Víctor Jara. Se me rompe el alma leyendo la novela y recordando todo ello, aquello que la gente prefiere ignorar, o prefiere callar con un "fue para mejorar económicamente".

Esos espíritus me consuelan, me hablan a través del papel, pero también me llenan de temor. Así como Esteban Trueba amaba a Clara del Valle con locura, pese a que ella no lo amaba, aunque le tenía aprecio, así me siento cada vez que SÑ es cariñoso y distante conmigo. Cuando Clara le dice a Esteban que lo ve todo bonito y luego regresa a su vida de espíritus y mesas de tres patas que se mueven solas, así me siento cuando SÑ me habla bien y luego regresa sin pena a su trabajo de papeles eternos y diligencias sin fin. ¿Cómo Trueba pudo vivir todo ese tiempo con una persona que no lo amaba, que lo apreciaba, pero no podía darle el amor que él quería? Él era fuerte. Yo lo estoy intentando.

Pero tengo que reconocer aquello que me golpeó hoy, como el aire frío del invierno húmedo de esta ciudad: no soy feliz, y SÑ hace tiempo que no me hace feliz. ¡Y es la peor de las contradicciones!, ¿no se supone que la amante es quien debe de ser feliz, mientras que la esposa es quien sufre?, ¿no es así como ocurre dentro de todas las historias que nos han dado, para que la moraleja sea que nuestra felicidad no se construye sobre la infelicidad de otros? Pues este caso es todo lo contrario: yo, la amante, no soy feliz, y estoy segura que la feliz es MH, disfrutando de que SÑ le entregue su vida entera. No tengo problemas con que le entregue la vida entera, o con no ser feliz, porque una vez le prometí a SÑ que sería fuerte, pero... además de no ser feliz, hay otro eslavón que sigue en la cadena.

No soy feliz, queda claro. Pero también quisiera que SÑ me ayudara, pero él no tiene la menor intención o voluntad de ayudarme, porque está atrapado en su oficina de papeles eternos que lo alejan cada día más de mí (igual que las emociones que me llevan a escribir todo esto, con la inspiración que no encuentro en otro lado). Tampoco puedo pedirle que lo haga, no puedo gritarle aquello que quiero hacer desde hace semanas: "¡te necesito, ayúdame!", y no puedo hacerlo porque no tengo derecho. Cuando decidí ser la amante renuncié al derecho de hacerle ese tipo de reclamos. Mi felicidad, así como muchas cosas que he sentido al lado de SÑ, es mi problema y es algo que debo resolver por mí misma, ya que él no me ayudará.

Eso último que he explicado en el párrafo anterior, ha sido el núcleo de mi depresión. Trato de sobrellevarla, pero los espíritus que susurran consuelos vuelan lejos y me dejan con los que hacen ruidos, gritan y me espantan. Para evitarlos vuelvo a mi rutina del trabajo, la familia y los ejercicios. Cuando no tengo eso, empiezo a idealizar a SÑ en mi mente y esa idea me mantiene con fuerza cuando no lo veo, porque esa idealización está fabricada de los recuerdos que tengo de él, de lo que hemos vivido, y pensar en ello, en los momentos gratos, en lo bueno, me mantiene bien. Aleja a los espíritus negativos y alienta lo bueno.

Pero entonces llega la realidad. El SÑ de ahora, como hoy, viene y de repente creo que yo soy el espíritu que le habla a un ser vivo, a alguien que tiene vida, que no me necesita. Me lleno de dolor, de tristeza, y trato de olvidar, pero los espíritus no me dejan.

¿Por qué SÑ me trata así, por qué me es indiferente, por qué decide ignorar el grito de ayuda que lanzo de todas las maneras?, ¿tal vez debería decirlo en forma directa: te necesito, ayúdame? Y si lo hago, ¿me dirá que si o que no?

Carajo, ¿por qué sufro tanto por él? Es solo una persona en medio de las millones que existen en el mundo. Pero está pegado a mi alma como todas aquellas personas a las que amo. Si mi madre, mi hermano o mi cuñada me trataran de la misma manera, sufriría por ellos también. Pero ellos no son indiferentes, ¿acaso SÑ sabrá lo que es ser tratado así y sufrir por ello?

Ahorita los espíritus del consuelo me hablan. Voy a descansar y esperar que mañana sea otro día. SÑ, no creas que esto es despecho o rabia, es simplemente un grito de ayuda. Si decides ignorarlo, lo entenderé: entenderé que debo hacer esto por mí misma, pero realmente sería todo mucho mejor y menos gris si extendieras tu mano hacia mí para ayudarme a salir de este abismo. Ayúdame a comprender que los fantasmas no existen y que los espíritus solo existen en los libros de la fantástica Isabel Allende.

viernes, 19 de julio de 2013

Paciencia

“Time is no friend of mine, nor his girl” – KT Tunstall

Ya hace un mes que SÑ está distante. Y no se debe a que yo haya hecho algo o cualquiera de las cosas que he mencionado en anteriores ocasiones, sino que esta época del año suele ser bastante difícil en lo que a verlo se refiere. El trabajo comienza a multiplicarse en nuestras oficinas, y cuando hay trabajo… bueno, en buen cristiano, SÑ desaparece.

Han sido diversas situaciones laborales la que lo mantienen lejos, y al inicio yo he sufrido bastante. Ahora que lo pienso, todos los años sufro por lo mismo. Pero hace unos días decidí despejarme pensando en lo innecesario e inútil que era sentirme así: SÑ no va a cambiar, y no va a renunciar al trabajo que tiene pendiente para hablar conmigo. Hará lo posible, pero en la medida de sus posibilidades. ¿Yo para qué quiero exigirle algo más? Él nunca me ha exigido a mí nada más allá de mis posibilidades, ni siquiera cuando era el Señor SÑ y yo le rendía cuentas, o tampoco mientras hemos estado juntos en esta relación sui generis. No le pido nada.

Bueno, de repente si. ¿También tiene que trabajar mientras almuerza? Bien si hubiera querido verme, hubiera podido decirme para salir durante la hora que tenemos para almorzar, pero no lo ha hecho. Aunque me duela un poco, debo imaginar que tiene sus razones, así que lo dejaré a un lado.

Además, otro motivo por el cual he decidido tener paciencia es por aquello que recordé hace unos días: que debía ser fuerte. Yo a inicios de este año le prometí que durante nuestra RSG (abreviación de “relación sui generis”) iba a ser fuerte por nosotros y para evitar problemas. Mis debilidades acarrearon los problemas que he narrado en los post anteriores, y mis traumas e inseguridades no me dejaron estar en paz luego de ver a El Cadáver de la Novia – ECN, con él en su auto. Si, fue un asco toda esa temporada, y realmente he estado molesta y amargada. Pero ya he superado todo. Excepto mi odio por ECN. Pero esa es otra historia.

Superados esos traumas y momentos difíciles, solo me queda ser fuerte y tener paciencia. SÑ volverá, siempre lo hace, y está pendiente de buscarme. Aunque quisiera que fuera con más fuerza, no puedo pedirle que lo haga si no puede o no quiere hacerlo. La sensación que me hace querer que me busque con más fuerza es simple: es que lo extraño. No es suficiente a veces el hablar vía web y nuestras conversaciones siempre han sido más fluidas y divertidas en persona. Realmente extraño ver a mi Shumaq Ñahui, verlo reír y ver como se ilumina su mirada cuando lo hace.

Pero tendré paciencia. Y no me molestaré con SÑ por portarse como lo hace, porque él mismo ya me lo explicó: me quiere, pero suele ser indiferente por naturaleza. Yo he bautizado a este estado como el “amar indiferentemente”. Aún estoy tratando de averiguar qué demonios significa eso, pero imagino que si lleva la palabra “amar/ querer” delante, no puede ser malo. SÑ no es malo, solo es indiferente. Pero para combatir eso, yo tengo que ser… paciente.

viernes, 21 de junio de 2013

Fantasmas y Sabotajes

Cuando avanzo un paso, un terror en mi interior me hace retroceder dos.

Estoy teniendo una de esas salidas geniales con SÑ. Finalmente parece que las levedades, la oscuridad, las pesadillas han desaparecido. Y el tema de “El cadáver de la novia” vuelve a salir. Ella y otras mujeres, ahora como fantasmas, flotan en el aire, quieren asustarme. Me llenan de ansiedad y angustia.
La inseguridad comienza a florecer nuevamente en mí y siento que los ojos se me llenan de lágrimas. Otra vez me siento una reverenda boluda, mientras SÑ me habla ya más tranquilo y me consuela para evitar las lágrimas. Aunque aprecio el gesto, me pego a su pecho e imagino que gira los ojos como pensando: “¿cuánto más voy a tener que aguantar a esta estúpida y sus ridiculeces?”

Y, ¿sabes algo, SÑ? Yo también me pregunto lo mismo.
Siendo ya una mujer racional, lo que realmente detesto es ponerme estúpida. Es raro, porque hoy en la mañana leía la frase: “y se enamoró como se enamoran todas las mujeres inteligentes, como una idiota”. Y hoy más que nunca me siento como una idiota, pero no por algo que haga SÑ, sino por como me lleno la cabeza de fantasmas, como saboteo mi relación con este sujeto que intenta tener paciencia, pero a quien estoy apretando tanto que poco a poco lo voy a hacer estallar y correr lejos de mí. No quiero eso, no quiero que me deje de querer, eso me causa terror, me llena de miedo, mucho más miedo a que El Cadáver de la Novia (ECN de ahora en adelante) me lo quite llamando su atención continuamente. Mi mente vuela hacia cualquier situación y todas terminar en lo mismo: SÑ pierde su interés en mí, me deja de querer, se va con otra, otra que no es MH, pero tampoco soy yo.

Y siento que con mis sabotajes, estoy logrando alejarlo. ¿Cómo es posible que algo tan pequeño como el haber visto a ECN en su auto aquel viernes me haya dejado tan asustada?, ¿acaso siento tan frágil mi relación con SÑ que pienso que cualquiera va a alejarlo de mí?, ¿tan poco creo que me estima que se alejará de mí por cualquiera? Si.

 Si creo que SÑ se irá con otra, si tengo miedo que llegue ese día y como algo dentro de mí siente ese día tan cerca, la angustia se apodera de mí y los fantasmas rondan sobre mi cabeza llenándome de terror. Real terror. El corazón se me acelera y dejo de pensar racional y fríamente, y actúo como esta noche, llevándolo al límite de la paciencia con el prójimo.
Estoy segura que en más de una ocasión SÑ me ha querido mandar al carajo. ¿Lo hará luego de leer esto? Probablemente. Pero es peor que no lo sepa: me siento insegura, y recién caigo que no es por MH o ECN: es por ti. Temo que te alejes. Y temo que te molestes y actúes como en el pasado, dejándome de lado, haciéndome sentir mal conmigo misma preguntándome “¿y qué hice ahora?” durante días hasta que finalmente decidiera regresar. En ese entonces SÑ no se comunicaba, y no era tan paciente como ahora, y yo me sentía mal muy seguido.

Es demasiado cucu que incluso yo no me lo creo: tengo miedo que me deje, y por ello actúo así. Y luego de actuar así, tengo miedo de que se aleje por mi actitud. Y el miedo es doble.
 
¡Por la putamadre! Me carcajearía más fuerte si no fuera porque ahora todos duermen en casa y yo escribo esto esperando que SÑ lo lea al día siguiente. 

Eso último, del doble miedo, lo pienso ahora que recuerdo esta escena. He puesto una canción que me gusta mucho y SÑ recuerda: “en ese entonces yo planeaba terminar con MH, pero la letra me hizo cambiar de opinión”. La letra en cuestión que lo hizo meditar: “eres mi vida”. O SEA, MH es su vida, no yo. Inseguridad al 200%.
Luego, pongo “Starlight” de Muse mientras él maneja, y en un momento no me aguanto y le agarro la mano (en ese momento pienso: me arrepentiré de esto mañana, pero hoy quiero hacerlo). SÑ al inicio responde y eso me hace feliz, y luego se lleva la mano, con la mía agarrada, a la cara.

 “¿Me va a dar un beso en el dorso de la mano?”, pienso emocionada. SÑ se rasca un área del rostro con la mano con la que también sostiene la mía y luego regresa a la palanca de cambios. No puedo pensar en otro momento que me pueda haber hecho sentir más tonta que ese.
Las circunstancias no ayudan mucho a sentirme segura. Yo quisiera que los fantasmas dejen de rondarme y así dejar de sabotear la única verdadera relación que he tenido, pero la vida no ayuda. A veces pienso que me lo merezco, por cosas diversas que pasan en mi vida y no tienen que ver con SÑ, siento que el Karma me regresa la energía negativa. Y ya que la vida, SÑ o el resto parecen no querer ayudar, voy a tener que levantarme yo sola. ¡Yo! Aunque en este momento no tengo ni la menor idea cómo empezar.

 Aunque claro, solo son líos femeninos sin importancia, ¿no? Voy a apagar esto, irme a dormir y como diría Scarlett O’Hara: después de todo, mañana es un nuevo día.

jueves, 6 de junio de 2013

La levedad y el peso

"Muss es sein? Es muss sein!"

Estoy volviendo a leer la máxima obra del autor checo Milan Kundera: La insoportable levedad del ser. Es insoportablemente parecida a mi historia con SÑ.

Pero antes de volver a aburrirlos con mi tormento de siempre, primero hablaré de la obra de Kundera. El sujeto hace un tratado filosófico de una historia de amor que empieza de la misma manera en que empiezan muchos romances: casualidades. Tomás va a un pueblo a hacer una visita médica debido a que su jefe estaba impedido de hacerlo y hospedado en el lugar conoce a Teresa, una mesera que lo conoce sirviéndole un cognac y con un libro abierto en la mesa del lugar donde nunca nadie había traído un libro abierto. Teresa necesita escapar, ser ella misma, tener oportunidades, y usa la excusa de la atracción que en un primer momento siente Tomás por ella para hacerlo. Parece difícil, parece que Teresa se estuviera arrastrando por este hombre en un primer momento, pero finalmente logra salir de la vida de mesera, de la vida sin oportunidades y tener un romance con un hombre que parece haber sido diseñado para ella.

Pero hay inconvenientes: Tomás es un mujeriego, y no tiene la menor intención de dejar de serlo. Claro, se embarca en una relación con Teresa, pero no deja de ver a las otras mujeres. Lo malo: ella lo sabe y decide aceptarlo, lo peor: su subconciente no lo acepta. Y lo realmente malo: Tomás no la ama. Puede quererla, sentir compasión por ella al imaginarla triste sin él, pero nada más.

Ahora, la cosa es, ¿podrán las casualidades que los juntaron, mantenerlos unidos?,  ¿ganará la levedad de la vida de Tomás, o el peso de los pensamientos de Teresa?

* * *

Casi como pasó con Teresa y Tomás, mi primer encuentro con SÑ fue obra de la casualidad: yo buscaba trabajo y conocía a alguien que también conocía a SÑ, nos presentaron y al inicio casi ni hablábamos, hasta que el verdadero trabajo comenzó y empezamos a tratarnos más. Mientras que para mí abrir la boca ante otros chicos era sinónimo de rareza, para SÑ era algo extraordinario: no habían chicas interesantes como yo, que dominaran la información que yo tenía y que mostraran interés por ello. ¿Acaso era el destino o la casualidad la que me juntaba con un hombre que tenía exactamente los mismos intereses que los míos?

Lamentablemente, el parecido entre Tomás y SÑ se fue haciendo más evidente: ninguno es fiel, ninguno ama de verdad. Claro, ambos pueden querer y a ambos realmente les importan sus seres queridos, pero no aman. ¿SÑ me ama? No. Nos quiere a MH y a mí, pero no no ama. Y  no les voy a mentir, aprendí a vivir con ello, pero aún guardo un deseo escondido por escuchar esas palabras que muchos pueden: te amo. 

Supongo que mi vida nunca fue como de otros. ¿Y si nunca nadie me dice "te amo"? Viviré. Pero será triste.

Sospecho que el otro parecido que tienen es la compasión. Tomás no puede dejar a Teresa porque se siente mal de hacerlo al pensar en como estará ella sin él, ¿SÑ pensará lo mismo?, ¿será la compasión y no el amor lo que ha mantenido nuestra larga relación? Eso yo no lo sé. Pero cuando me siento mal como ahora, semi abandonada por él (que sigue en su FAT), esta idea me persigue.

Y en ese punto yo me vuelvo como Teresa: celosa. Teresa sueña que marcha desnuda con otras mujeres y que todas deben obedecer a Tomás o este las matará. Mientras Teresa refleja sus celos en sus sueños, yo lo hago en la vida real. Ella no puede dormir, yo no puedo vivir. Estos últimos días ando con los celos a flor de piel y estos suelen surgir por cualquier cosa.

SÑ tiene un almuerzo: celos.

SÑ tiene un seminario: celos.

SÑ sale con su compañera de trabajo en su auto solo para dejarla cuadras más adelante (¡sí, eso era lo del viernes!): celos.

Ser celosa no me gusta. Aunque SÑ no lo crea y yo tampoco me lo crea. No me gusta ser celosa porque me convierte en una persona horrible, detestable, en una especie de Gollum quien solo tiene una fijación y sufre por ella. Gollum sufría por el anillo único y yo sufro por SÑ. Ambos son nuestra fijación y vivimos como seres despreciables en la sombras mientras la fijación no desaparezca.

¡Gollum, Gollum! Ah no, no, no.

* * *

Así que "La insoportable levedad del ser" es un libro sobre el amor, los celos y la levedad y el peso de la vida. ¿Uno quiere tener el cuerpo en tierra, o flotar con sus decisiones? Kundera expone su teoría y lo hace muy bien.

Yo sigo leyendo el libro e intento deshacerme de mis celos. No me gustará la levedad, pero tampoco el peso que debo de aguantar por mis celos. ¿Acaso no dije en su momento que iba a confiar en SÑ? Bueno, entonces, ¿qué carajos estoy esperando?

domingo, 2 de junio de 2013

Muriendo Lento

Antes de la reestructuración, hay algo de lo que debo hablar y que ocurrió antes de cerrar mi fin de semana.

Más temprano esta semana, vi un documental sobre Woody Allen, y mencionaron su larga relación con Mia Farrow, una actriz que fue la musa en muchas de las películas de este conocido director. Ellos se llevaban tan bien, y vivieron juntos durante mucho tiempo, incluso adoptaron hijos juntos, el que incluía una niña llamada Soon-Yi (los conocedores ya sabrán donde termina la historia).

La última película que grabaron juntos se llamaba "Husbands & Wifes". Durante el rodaje, Mia encontró entre las pertenencias de Woody fotos de Soon-Yi, pero no las fotos que tendría cualquier padre, sino fotos que un hombre tendría de su pareja. Mia estalló. Ya no quería volver a ver a ese hombre de quien fue musa, a quien le debía su carrera y gran parte de su vida. De todas maneras, juntó fuerzas de flaquezas y terminó el rodaje de "Husbands & Wifes", y de paso su relación con Woody Allen, quien luego se casó con Soon-Yi y siguen juntos hasta ahora.

Yo no podía entender la furia de Mia Farrow, aunque me había solidarizado con ella, hasta el viernes en la tarde.

* * *

SÑ tiene épocas en las que puede estar muy cercano a mí, o puede estar más alejado posible. No alejado físicamente, sino mental y emocionalmente. Seguramente ya he hablado sobre ello, pero tengo que mencionarlo para los fines de esta entrada.

Bueno, cuando SÑ está cercano, es lindo, agradable, divertido, considerado y todas esas virtudes que las mujeres amamos de los hombres. En realidad, SÑ ES ASÍ, pero cuando está cercano se le nota mucho más. Y claro, que me encanta cuando está así. Lo malo es que eso es... temporal. Luego de estar cercano, ya sea por el trabajo o la familia (o, lo peor, MH), se aleja, y yo siento que quedo un poco flotando en el espacio, mientras espero que ese alejamiento temporal termine y el SÑ que yo conozco vuelva poco a poco, como siempre.

Siempre tengo una frase para ello: "siempre volvió, siempre vuelve y siempre volverá". Y así es. Es lo que me agrada de SÑ, que a pesar de todo siempre ha estado a mi lado, volviendo y estando, y le agradezco ello.

Pero mientras dura la fase de alejamiento, yo no puedo evitar sentirme mal. Claro, lo controlo la mayor parte de tiempo, y así era en este último alejamiento que ocurrió. Pero salió mal. Me salió muy mal.

* * *

Es viernes, estoy teniendo un día pesado y también me encuentro bastante sensible porque estoy en esos días difíciles que siempre tenemos las mujeres al mes. Como el chat que SÑ y yo siempre usamos para comunicarnos no funciona bien, le escribo por el whatsapp, pero él prefiere el correo. Ya he entendido que está en su fase de alejamiento temporal (desde ahora FAT), así que intento no prestarle mucha atención (al menos no más de la que merece) y seguir como si nada. Al final, realmente no es nada, ¿no?

Pero no puedo no prestarle atención. Mi sensibilidad hormonal me tiene al borde de un precipicio y que SÑ esté en su FAT no ayuda mucho. Intento soltarle un "te quiero" (de una forma muy estúpida y muy femenina) solapamente, pero no funcionó. Él estaba en la mente... donde sea que esta estuviera: de repente era el trabajo, es la causa más común. Y él estaba ahí des nuevo, mientras que yo estaba un tanto... cucu. No, no un tanto: bastante cucu.

Cuando terminó el día pesado y llegó la hora de salida, me despedí de SÑ con la esperanza de que el descanso del fin de semana me aliviaría y el día lunes yo estaría tan racional como todo este tiempo. Incluso suspiré de alivio cuando caminé hacia mi paradero y sonreí sabiendo que estaría bien si es que así lo quería. Y claro que quería estar bien, por mí, por SÑ y por los que me rodean. Yo ya no quiero dramas en mi vida, mi intención es mantenerme tranquila y sin horrores femeninos que me sometan a situaciones innecesariamente dolorosas.

Pero todo se iba a complicar más en cuestión de minutos.

El paradero donde yo tomo mi bus a casa está en una avenida bastante concurrida. Tengo que caminar solo dos cuadras de la oficina a este paradero para tomar el bus y para ello cruzo la calle por la cual SÑ sale con su auto a la avenida para irse a casa. A veces cuando cruzo esa calle, miro a ver si encuentro su auto ahí. Una vez lo encontré parado y crucé frente a él en el semáforo hacia mi paradero, pero fue solo una vez. Y a veces lo he encontrado ya en la avenida cuando yo estoy en el bus. Esta vez encontré un sitio en el bus, del lado de la calle por donde SÑ sale y sentada, con la ventana muy nítida mostrándome su calle.

Encontré su auto, estaba parado en el semáforo en rojo. Sé que era él.

Pude notar sus lentes y su camisa azul que tanto me gusta.

Y también pude notar que no estaba solo.

A su lado había una chica, joven, con ojos rasgados, cabello largo, pómulos lindos y muy atractiva.

No era MH, no era nadie de su oficina o de su familia. Nadie que yo conociera.

Mi bus cruzó rápidamente la calle, y así de rápido mis emociones comenzaron a caer como un bombardeo alemán en medio de Londres de los años 40. Mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, pero tomé aire y evité ponerme a llorar en medio de la tarde, la transitada avenida y el bus lleno de pasajeros. Me puse los audífonos conectados a mi celular y escuché todas las canciones fuertes que tuviera en mi lista de reproducción. El metal y el hard rock me ayudaron a calmar la cabeza, a no ponerme a llorar en ese mismo instante, aunque cada cierto rato tenía que respirar profundamente.

Escuché Led Zeppelin, AC/DC, Iggy Pop & the Stooges, cualquier cosa. Pero solo tenía la imagen de SÑ y esa joven en su auto. No podía evitar el malestar, la cólera. Y de repente, me sentía tal como Mia Farrow cuando encontró las fotos de Soon-Yi en las pertenencias de Woody Allen, y no quería llorar de tristeza, sino de cólera. Estaba furiosa con SÑ, y por ese motivo quería llorar, no más. Me sentía completamente usada, tonta, ilusa y una perfecta tonta. Tonta, tonta, tonta.

Ya casi llegando a casa, escuché esta canción en mi lista de reproducción. Oh, si así era exactamente como me sentía. "No creerías las cosas que he hecho por ella/ cobardemente, si, pero sin vergüenza".



Ya sentía que se me pasaba todo lo mal que me sentía, así que llegué a casa, saludé normalmente a quien encontré y me fui directamente a encerrarme a cantar. Lo irónico es que fue SÑ quien me dijo que cantar te aliviaba cuando te sentías mal.

También es irónico que esa tarde en que necesitaba que fuera cercano, le dio su FAT y yo lo sentí muy fuerte debido a mi estado tan sensible. También ese día me había puesto un par de zapatos recién comprados y que estaban amoldándose a mis pies, por lo que pensé en pedirle que me diera un aventón fuera de la zona donde trabajamos, pero debido a su FAT supe que no era conveniente.

Y realmente todo esto se multiplicó en grandes horrores debido a mi malestar. Más temprano esta semana me habían dicho que SÑ había almorzado con una chica, y eso no me molestó tanto como verlo con esta otra chica en su auto, ¿por qué? Su FAT y mi sensibilidad: una mezcla explosiva destructiva, que suele destruirme solamente a mí. SÑ ni lo siente, no se da cuenta, y no es su culpa, normalmente los hombres no se dan cuenta. Es solo que... no sé, ¿qué es lo que me pasó?

Celos, sensibilidad, y FAT. Me encerré en el cuarto, busqué esta canción en el reproductor de mi celular, me saqué los tacos y descalza y sintiéndome mal... canté:

(BeLiNDa)
Quizá no sientas lo que yo sentí
Tal vez no hay lágrimas ni miedo,
Tal vez no piensas ni un momento en mí,
Tal vez hay alguien en tus sueños,

¿Dónde está el amor?
¿Dónde está tú corazón?

Te necesito ya nada es igual, (-No No No No-)
Y es que al pensarte todo me hace mal, mal
Sí tú no estas dame una razón para no morir lento

(Moderatto)
Dime que debo hacer para olvidar, (-Nada-)
Que alguien me escuche en el cielo, (-Yeahhh-)
Está tan roto ya mí corazón (-Ohhh-)
¿Cómo le digo que fue un juego?..

¿Dónde está el ayer?
¿Dónde está el amor?
¿Dónde está tú corazón?

No te pareces nada a quien yo amé, (-No No No No-)
Y lentamente se me va la fé, (-Woooow-)
Sí tú no estas dame una razón para no morir lento,
lento (-LeNTo uo uo o-)

(BeLiNDa) 

Soplaba el viento a nuestro favor
Y tocábamos el cielo,
Mira mis ojos y dime si es verdad
Que nuestro amor llego al final...

¿Dónde está el ayer?
¿Dónde está el amor?
¿Dónde está tú corazón?

Te necesito ya nada es igual, (-No No No No-)
Y es que al pensarte todo me hace mal,
Sí tú no estas dame una razón para no morir lento, lento

No te pareces nada a quien yo amé, (-No No No No-)
Y lentamente se me va la fe,
Sí tú no estas dame una razón para
no morir lento, lento, lento, (nooo nooo nooo) 




* * *

Luego de un fin de semana más tranquilo, la razón vuelve a mí. Yo solo espero que SÑ me responda quién era la chica, y lo más fuerte, si hay algo con ella.

jueves, 30 de mayo de 2013

Lo inevitable: la reestructuración

Finalmente, como sucede con todo medio escrito, sea virtual o físico, la reestructuración ha llegado a este blog.

En realidad, hace tiempo que en este blog solo escribía con una función y me cansé de que sea así. Las notas sobre lo que he estado haciendo las guardaré y desapareceré de este blog, para dar paso a otras cosas y procurar ser menos cucú. Y finalmente dedicarme a algo que no he hecho hace tiempo: ser yo misma.

Si hay alguien que lea esto además de mi persona especial, espere nuevas cosas, que ya vienen.

¡Besos!

lunes, 25 de marzo de 2013

La eterna procesión

Tengo una confesión que hacer: no soy tan racional como digo que soy.


Para amanecer al sábado (o domingo, no recuerdo bien), soñé que estaba en un concierto y sonaba una canción romántica que me hacía recordar a SÑ. Como sabía que a esa hora estaba en la oficina, y ya MH no representaba un peligro como antes, lo llamé a su celular. Me contestó y le dije: “escucha esta canción” y puse el auricular al aire, para que escuchara lo que sonaba en el concierto. En mis sueños se suponía que él sabía qué canción era la que sonaba, pero cuando le dije “¿la reconociste?”, me dijo que no, así que le dije el título.

SÑ solo me dijo: “ya, ya, esta bien, después vamos a hablar”. El tono en su voz me indicaba que, nuevamente, había hecho algo mal. Solo le dije: “está bien, ya no te volveré a llamar”, nos despedíamos y colgaba.

Al despertar, me di cuenta de lo que quería decir ese sueño. Es sobre mis temores durante todos estos años con SÑ, el tino que he debido aprender a tener con él, porque la falta de tino solo podía indicar una cosa: sufrimiento para mí, fastidio para él. Ese sueño me hizo recordar que nunca sé cuando estoy haciendo las cosas adecuadas para con SÑ, o cuando me estoy pasando de la confianza que él me ha otorgado.

Lo cual me remite a un hecho que aún me provoca ansiedad (y que ahorita tipeo a la velocidad del sonido a fin de evitarme el trauma aún renuente). Hace unos años, cuando todo iba más o menos con SÑ (más o menos porque eran subidas y caídas con él, a cada rato, siempre), tuvimos una conversación nocturna por teléfono. Yo en realidad no recuerdo qué le estaba reclamando, pero estaba llorosa, triste, deprimida y ansiosa (mala combinación), pero sí recuerdo que de un momento a otro, SÑ, con la cólera que nunca sentí (y menos mal nunca volví a vivir), me gritó por el auricular: ¡ENTONCES, NO ME JODAS!, y luego de decir otras cosas que no recuerdo, colgó.

Me sentí morir. Comencé a llorar, así mal, a los gritos. Al día siguiente estaba todavía tan afectada por lo que me había dicho que no fui a trabajar, y con las justas agarré fuerzas para ir a estudiar en la noche, porque aún se me salían las lágrimas. SÑ no me llamó ese día, pero hablamos al día siguiente y él estaba de lo más normal. O al menos parecía normal, mientras que yo sentía que ya podía pararme y ya no lloraba.

El efecto de esas palabras aún es tan fuerte en mí que luego de pasados varios años, me es difícil escribirlas, y nunca las pronuncio juntas. Recordar ese incidente fue parte de mi entrenamiento para tratar a SÑ, porque entrené a mi mente y a mi corazón a tratar con él. Luego, conocimos los métodos racionales para comunicarnos y todo mejoró. Yo aprendí a escoger las palabras adecuadas para hablarle, pensar bien antes de preguntarle algo, y menos mal ese incidente no se ha vuelto a repetir.

Pero ese es mi temor, el que siempre tengo: ¿cuándo se que no me estoy excediendo, que no estoy a un solo paso de que SÑ me repita esa frase horrible que me destruyó en fracción de segundos?

Mientras SÑ ha aprendido a conocerme bien y a comprenderme, yo todavía soy una N00b en lo que tratarlo a él se refiere. Es decir, conozco sus puntos malos (porque son los que más he vivido) y conozco como evitarlos, pero… ¿cómo saber su lado bueno, sus cosas buenas?

Sé que es amable, caballero, y que puede ser considerado en su oportunidad. Sé que es inteligente y siempre tiene temas de conversación. Pero he llegado solo a conocer la punta del iceberg, hay muchas cosas que para mí siguen escondidas. Lo que sé de él en realidad es bastante superficial, lo que no me permite tratarlo adecuadamente sin miedo a que se repita esa frase, u ocurra lo que soñé. 

Y otra pregunta viene: ¿será que esta procesión de emociones tendré que llevarla por dentro siempre?

Y es más, ni siquiera sé si con este post estoy chocando con el iceberg o evitándolo. ¿Será que ahora sí volveré a escuchar esa frase horrible? Solo puedo apelar a la comprensión de SÑ para que me quite esta preocupación, este miedo, y me permita madurar de una buena fuckin’ vez.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Cupido Sui Generis

Tengo un pequeño y simple pedido.



Mi madre piensa que tengo envidia de las parejas que veo en la calle. En parte tiene razón, pero en realidad no me gustan las parejas jóvenes y melosas en la calle. Especialmente ahora que se acerca el tan archiconocido Día de San Valentín.

Yo no celebro San Valentín. Solo una vez lo celebré con mis amigos y nunca lo he celebrado con mi pareja. De repente sea por ello que no comprendo por qué veo tantas flores corriendo de un lado a otro por la ciudad (no literalmente, en caso no se entienda), los telos llenos, los restaurantes y parques con parejas. Nunca he vivido un día de los enamorados... con enamorado, porque la verdad es que nunca he tenido un enamorado de verdad, o que me dure más de dos meses. Mi primera relación verdadera ha sido la de SÑ, con quien ya voy XXX años.

Si, varios años, es increíble cuando me pongo a pensar en ello. Hace poco tuvimos unos problemas con unos cambios que van ocurriendo alrededor nuestro. Me puse mal y casi casi vuelvo a mi antigua amargura, pero el día lunes hablamos y me dijo cosas que yo necesitaba escuchar, de lo más lindo, tierno y sincero que pocas veces ha sido. No es exagerado decir que mi cariño, mi amor por él se ha renovado una vez más. Lo quiero, lo quiero con todo mi corazón y planeo que sea así por el momento. No sé qué pueda ocurrir en el futuro, pero ahora quiero quererlo. 

Pienso en la relación que llevamos y me doy cuenta que es una relación sui generis: no somos una pareja en sí, pero estamos juntos con las mismas características de una. No hacemos cosas que harían las parejas ordinarias, aunque hacemos lo posible para pasarla bien, y muchas veces lo logramos. Ahora, quiero que con esto que le voy a pedir, sigamos siendo el codo a codo de siempre, aunque con algo en común con los demás.

SÑ: ¿quieres ser mi San Valentín?

Si, yo sé que es medio tonto, y espero te ríes y no te molestes. No necesito (o quiero) flores y corazones para ese día, tan solo tener un instante para poder verte y decirte que te quiero sin palabras, sino con gestos y con todo lo sui generis que podemos ser juntos. Aunque sea una media hora de un almuerzo, como solemos tener, para ser sui generis juntos.

Es todo. Si no hay Cupido Sui Generis ese día, no te querré menos. Siempre te querré más y más. Muaks.

lunes, 14 de enero de 2013

Desastres Miniatura, edición 2013

1. Desastres Miniatura pasados.
El otro día, mientras iba al trabajo, escuchaba la canción "La Milonga del Marinero y el Capitán" de Calamaro. Durante un fragmento de la canción recordé que a SÑ le gusta mucho esa canción, incluso lo recordé cantando el fragmento que escuchaba en ese momento. Y entonces vino a mí ese recuerdo horrible, cortesía del Fuhrer.

Hace ya muchos post atrás en este blog, publiqué que SÑ y yo habíamos ido a ver a Calamaro en un concierto que yo recuerdo con tanto cariño que aún llevo el boleto de ese concierto en mi billetera. Además de la compañía de SÑ, Calamaro demostró su calidad, su música, fue emotivo todo en general. Es uno de los más bonito recuerdos que tengo con SÑ, en realidad.

Ahora, lo feo. Hace ya un tiempo, el Fuhrer me preguntó (él también conoce a SÑ) si es que yo le había pedido a SÑ (claro, él uso el nombre real) que fuera conmigo a ese concierto, y yo le pregunté por qué antes de responder. Y me dijo lo siguiente (no es una cita exacta, pero ahi va): "lo que pasa es que él me dijo lo incómodo que lo puso tu invitación". INCÓMODO. IN-CÓ-MO-DO. Una pequeña bomba H me cayó en el pecho, pero yo solo dije "ah ya". No recuerdo que le respondí al Fuhrer, pero no le di la respuesta que esperaba, sino que terminé desviando el tema.

Nunca le he dicho a SÑ lo que me dijo el Fuhrer, tampoco lo he confrontado o he escrito en algún lado. Esta es la primera vez que sale de mi interior este pensamiento. Y en aquel momento en el transporte público, escuchando a Calamaro, ese pensamiento volvía a joderme otra vez. Como un eco que es imposible callar.

En ese momento decidí que estaba cansada, que no quería volver a sentirme así con ese tema, pero tampoco podía decirle nada a SÑ ya que él lo tomaría mal. Bueno, él ya se enterará de ello cuando lea este post, pero verá que finalmente encontré una respuesta que me satisfizo del todo, independientemente del hecho de si él en verdad le dijo eso al Fuhrer o no. So, here goes.

Me puse a meditar en el micro y en realidad fue cuestión de minutos. Ok, si SÑ le dijo eso al Fuhrer pudo haber sido para que la gente no sospeche lo que siempre han sospechado de nosotros: que andamos juntos. Hay una alta probabilidad de que lo haya hecho por eso, así que no me hago problemas.

Por otro lado, está el hecho del concierto en sí. Aquel día SÑ renegaba, pero cuando llegamos su ánimo cambió, estaba animado y disfrutó mucho el concierto, ¡lo disfrutó conmigo! Los dos salimos enamorados de la música de Calamaro, tanto que él sigue queriendo volver a ver al Salmón. ¿Alguien que se sintió incómodo, cosa que te llevaría un mal recuerdo, podría decir todo eso? ¡NO! Punto.

Cuando "La Milonga..." ya había terminado, yo me sentía mejor. Fuera de si SÑ lo dijo o no, ya no me sentía mal. Lo que yo vi aquella noche es lo que cuenta, hechos antes que palabras.

Un rato después de terminada mi meditación, sonaba "Hot n' Cold" de Katy Perry en mi reproductor. También recordé ese detalle: en aquel entonces, SÑ cambiaba de opinión como una mujer cambia de ropa. Así que no debo de tomar tan en serio los dichos de entonces.

PD. Mientras termino de escribir esta parte del post, suena "Sin Documentos" en la radio. Ok... el universo me quiere decir algo.


2. Desastres Miniatura feos.
SÑ no está trabajando hace un par de días. Al inicio se comunicaba normal, pero hace unos días dejó de hacerlo. Ahora, quiero dejar en claro que no tengo problemas con dejar de hablar con él un par de días. Es decir, luego de "El evento", SÑ y yo no hablamos por varios dias y todo bien... ¡lo que no me gusta, y nunca me ha gustado es que él no me diga si se va a ausentar o no! (Grr...)

Si SÑ está de viaje, relajándose, durmiendo, etcétera, normal. Pero no me gusta que no me diga que no estará disponible y que me deje en vilo pensando de la A a la Z de razones por las que no entra. Con mi ansiedad aún latente (de vez en cuando ese lado mío ama venir a joderme), suelo pensar lo peor: lo descubrió MH, algo pasó con su familia, no quiere verme por X o Y motivos, y muchas calas más que trato de controlar con la razón (entrenada para este tipo de emergencias). No necesito saber por qué no está disponible: simplemente necesito que me informe que no lo estará. Yo lo he hecho con él: cuando tengo trabajo que hacer fuera de la oficina o mucho trabajo, se lo digo, ¿podría SÑ tener la misma cortesía conmigo?

Esto me molesta. Y me dejó tan hígado que hasta pensé en tomar revancha al respecto, medidas que lo hicieran pensar. Pero para tomar revancha debes atacar el vínculo emocional de esa persona, además de que la revancha no te salga por la culata. Ay, detalles, detalles, y por qué no puedo tomar revancha contra él.

SÑ es muy racional, la impone ante cualquier cosa. Si yo quisiera atacar su lado emocional, no lo lograría, ya que su vínculo emocional hacia mí no lo siento tan fuerte, y como para mí su lado emocional es un agujero negro en el cual me meto pocas veces (o al cual me deja acceder pocas veces), no puedo atacarlo con tan poca información. No, no, eso saldría mal.

Y si pienso que el tiro no me saldrá por la culata, me equivoco. Hace tiempo intenté sacarle celos a SÑ con MÑ, pero eso salió terriblemente y catastróficamente MAL. SÑ me dejó unos días después y yo hasta me enfermé varios días de la tristeza. No, no, ¡ni cagando me arriesgo a que suceda algo así!

No sé por qué SÑ esté ausente, pero no quiero que siga así por mucho tiempo. O peor: de forma permanente. Lo mejor para hacer (me dice la razón) es pedirle que me diga cuando se ausentará o no y listo. Lo demás es jugar con fuego.