martes, 17 de mayo de 2011

El duro y largo final

El momento que más temía ha llegado.


Hoy mi cuñada había puesto en la radio una emisora romántica. Sonaba una canción que Christian Castro que es capaz de abrir zanjas oscuras en el rostro más fiero. Fortísima. Le pedí que por favor cambiara de emisora, que pusiera otra radio, que no podía soportar música romántica en el estado en que me encontraba.

Ella no lo sabe. Poca gente lo sabe en realidad, y los que lo saben ignoran cómo es que me encuentro yo. Y es que SÑ se casa. Se casa a fin de este mes y estoy en el peor de los estados que puedan imaginarse.

* * *

Ya me la olía, pero cuando me enteré me tomó por sorpresa la prontitud del enlace. ¿O es que esto ya venía desde hacía mucho y SÑ y yo solo fingimos que todo transcurría muy normal entre nosotros? No lo sé. Pero al enterarme de la fecha lloré. Pero no tanto como lo hice luego. Me sentía mal, y tenía una sensación opresiva en el pecho que me dura hasta ahora, todos los días, a todas horas. No puedo librarme de ello, solo por momentos, y mejor si es que estoy acompañada. Pero cuando estoy sola es cuando todos los demonios aparecen, el día es oscuridad y yo me sumerjo en ella, dejándome llevar por los peores pensamientos, por la más profunda de las tristezas. Pero sin llorar. No he llorado tanto como hubiera creído, aunque muchas veces sienta ganas, aunque los ojos se me comiencen a llenar de lágrimas no lloro. No sollozo. Nada. Solo tomo aire y espero a que todo pase.

Pero por mucho que lo intento, el sentimiento no pasa. Todo se queda almacenado dentro de mí y solo aumenta la angustia y las ganas de llorar. Se me siguen llenando los ojos de lágrimas, y a veces caen solitas sin que yo haga algún gesto. Como cuando SÑ lloró aquella vez a mi lado. Pero nada más. No quiero llorar. No pienso llorar por alguien que no me quiere. Y que tampoco quiere a MH.

Porque estoy casi segura que él no se casa enamorado, sino obligado. Estoy segura de ello porque esto que él le hizo a MH no se le hace a alguien a quien se ama. Lamentablemente esa verdad también me choca a mi también: esto que él me hace no se le hace a alguien a quien se ama. No importa cuánto lo diga él, que me quiere y le importo, la verdad es otra. La verdad es que SÑ ni siquiera se ha puesto a pensar en la enorme tragedia personal que estoy viviendo porque lo estoy perdiendo, ¡y él se deja perder! Parece que no le importo. Todo lo toma como una de mis tantas locuras producto de mis hormonas. ¿Tan machista se puede llegar a ser, que te ciega ante el dolor de un ser... "querido"?, ¿acaso no ve o es que no quiere ver? No entiendo a SÑ. Yo reacciono estoica ante todo, le demuestro que soy valiente, pero... ¿acaso no puede suponer lo mucho que estoy sufriendo?

Porque estoy sufriendo. Porque me duele hasta el cuerpo de la pena. No tengo ganas de nada luego del trabajo, el cual es prácticamente mi única distracción, y llego a casa cansada, sin ganas de nada, tan solo de dormir o de escribir, o de entrar a la computadora o ver televisión y encontrar alguna pela- para nada romántica- que me haga olvidar todo. Pero solo es por momentos. La pena es interminable. Endless sorrow. Tal vez piensen que exagero, tal vez SÑ piense que exagero, pero puedo decirles objetivamente que no es así. En realidad una gran parte de mí, un 99.999999% de mí, tiene ganas de ponerle alto a todo esto. Tengo ganas de no tener ganas, de verdad, ya no quiero seguir con toda esta estupidez que ha sobrevenido luego de más estupidez todavía. Estoy harta de todo y he pensado seriamente en dejar este mundo para no tener que lidiar con el dolor que vendrá el próximo mes, que estoy segura será mucho más grande y, por ende, mucho más pesado, de lo que es ahora. Ahora es una huevadita, comparado con lo que vendrá después: la verdadera catástrofe. Un reto que no tengo ganas de enfrentar.

* * *

Aunque he escuchado muchas historias de mujeres que se levantaron luego de tener el corazón completamente roto, y que encima, luego de tiempo se miraron al espejo un día y pensaron "¿cómo pude ser tan idiota de querer morir por alguien que no valía la pena?". Luego de la pena, de las lágrimas, tuvieron su momento de reír y lograron ser felices, porque se enfrentaron a la adversidad y a la inmensidad que quedó frente a ellas cuando todavía tenían el pecho vacío luego que su corazón y su alma estallaran en millones de pedazos. Justo como ahora me sucede a mí.

Pero no estoy segura de que me vaya a pasar todo eso a mí. ¿Por qué? Porque no tengo fuerzas. Simplemente. Todo este camino es tan horrible, y tan largo. Es demasiado para alguien que nunca se consideró muy fuerte, que solo se tiene a sí misma, porque nadie puede lograr comprender por qué se siente tan sola rodeada de tanta gente. Me siento sola. Y SÑ me deja más sola todavía, mientras se va del brazo con MH, alejándose de mí para siempre, olvidando lo mucho que lo quise, que se lleva lo mejor de mí y me deja casi sin nada. Todo lo bueno que tenía, se lo lleva, ¿y qué me queda más que mis silencios, mis palabras y mi oscuridad? Nada. Solo puedo escuchar el movimiento de mis pies, casi susurros, dirigiéndose a un lugar donde no quisiera terminar. Pero parece inevitable. Su boda es inevitable. El fin, de todos nosotros, es inevitable.

* * *

Si me levantaré algún día, aún no lo sé. Los días se hacen largos, y falta muy poco para tener que enfrentar todo esto. Mientras MH ríe y está feliz porque cree que se va con el amor de su vida, yo tengo ganas de morir. Y de SÑ, no sé como estará, porque nunca me dice nada. También es cierto que le he pedido que no me diga nada, sin embargo no es para que se ponga así: no hablando, no intentando hablar, no teniendo la menor intención de hablarme, de verme, de escuchar algo. De sentir. Creo que SÑ no quiere sentir. Creo que se oculta tras un vidrio opaco y no deja que MH o yo lo podamos ver del todo. Ahora está más seco que nunca, y eso me duele más: solito, solito se va. Me trata frío y más indiferente que nunca. Y me da más ganas de ¡nada! Yo le muestro mi mejor sonrisa y las mejores de mis intenciones y mi más buena fe, pero me las huelo todas. Porque desde la última vez que me causó un gran dolor, que fue cuando me enfermé y no me levanté de la cama en 4 días, no fui la misma. Empecé a sospechar de todo, me dolía todo. Y en todo tenía razón. Todo terminó yendo mal, aunque yo hubiera querido que fuera distinto.

Me siento más vacía que nunca. A pesar que tuve mis picos altos. Hubo momentos en los que tenía la esperanza de que tal vez lograra estar bien del todo algún día, o incluso de que podría recuperarlo de alguna manera, que él volvería cuando me extrañara realmente. Pero no creo que lo haga, con la forma en que lo veo actuar, ¿cómo pensarlo? Hay más de momentos como ahora, oscuros, llenos de pena, en los que no quisiera que llegara un mañana. Porque no tengo nada de lo que quisiera en estos momentos, y ese todo solo es SÑ. Yo lo quería a él y solo quería que él me quisiera realmente a mí. Pero ninguno de nosotros tuvo el valor de pedírselo al otro, de tan solo decirle "¡quédate!". Y por más esperanza que tenga, y por más valor que pueda agarrar en algún momento, el no haberle dicho esa palabra me perseguirá, porque tal vez pudo cambiar algo. Tal vez pude haber hecho algo por hacer que SÑ se quedara, pero no pude. No podía con alguien que solo me dijo una vez hace miles de años "creo que me estoy enamorando de ti". Solo una vez. Luego de eso, solo una vez me dijo "te prometo que cuando esto pase, oíras de mí eso que tanto deseas escuchar". SÑ, ¿por qué nunca me lo dijiste?, ¿por qué nunca te enamoraste de mí?, ¿por qué te casas con MH si me quieres?

Espero tu real respuesta luego de leer esta entrada. En realidad SÍ QUIERO SABER la respuesta a esas tres preguntas. Luego me dejarás a mi merced si quieres, y yo veré que haré con mi vida. Porque algo tengo que hacer, algo será de mí, y ya tendrán noticias ustedes de lo que me pasó. No escribiré hasta el otro mes. Tengo mucho que pensar, Y SÑ TIENE UNA RESPUESTA QUE DARME.

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