miércoles, 26 de mayo de 2010

Es hora de pagar deudas

Me parece que debo tres entradas como mínimo a este blog, las cuales no he ingresado por motivo de tiempo. Pero en estos mismos instantes esa deuda se paga.


1. "El MALI": ¿no se siente uno cool diciéndolo?

Una noche regresaba caminando de jirón de la Unión, más exactamente por Miró Quesada, en dirección hacia la avenida Abancay, con el fin de tomar la 91 (Ruta Ate-Surco) para regresar a casa, con el resto de los humildes y cansados mortales que regresamos a casa luego de las labores y que el sol se oculta detrás de los edificios. En esta ciudad uno no habla de cerros, en algunas zonas ni se piensa en el mar, pero los edificios siempre están en todas partes.

En fin... regresa y pensaba en la exposición de caricaturas sobre conocidos políticos que hubo hace poco organizado por el Comercio (o Bromercio, o Tromercio, conforme de las notas que uno lea en su tan popular página web). Y mientras caminaba me topé con el "Arte Urban Hall", donde creí que se estarían exhibiendo las imágenes. A través de los ventanales vi que la galería se encuentra en refacciones, al parecer también para poner un café en el interior (que muchos de nosotros quisiéramos que al menos fuera un Starbucks, pero es un San Antonio... al menos eso me pareció leer). La galería me parece muy vistosa, y al verla me imagino una típica galería neoyorquina, en el centro de Manhattan. El edificio oscuro en una calle como Miró Quesada le da esa apariencia.

Entonces, cuando vi la galería vacía, salió de mis labios la frase que motivó esta entrada: "¿No me digan que la exhibición está en el Mali?". Dicha esa frase, siguió un silencio con la reflexión que viene a continuación.

* Para los que no lo saben, el MALI son las siglas de "Museo de Arte de Lima", y como se le conoce actualmente. El último hecho famoso del lugar fue la exhibición de las fotografías que el peruano Mario Testino tomara de las grandes estrellas de hollywood. Finish.

Mientras llegaba hasta Abancay, pensé en lo cool que me había sentido al decir "MALI". Mali... lo pronuncias varias veces y te sientes distinto, como si vivieras en una gran urbe, tipo Nueva York (o NYC como decimos a veces), o como si fueras de lo más modern@. Te sientes bien, que tienes estilo, y que Lima está cambiando. Se está volviendo otro lugar, donde la gente puede salir a tomarse un café luego de la chamba, comer un chicken croissant o un eggmont.

Bah!

SÑ y yo les decimos "pan con pollo" y "pan con huevo", porque en realidad eso son. Llamarlos por otro nombre, no hace que sepan mejor o que sean la última ambrosía que cayera del Olimpo. Las cosas en realidad siguen siendo lo que siempre fueron. El "Arte Urban Hall" es tan solo una galería vacía por el momento, esperando alguna exhibición que probablemente poca gente vaya a ver. Los panes siguen siendo panes, no importa como los llames, o la idea que te hagas por el nombre.

Y el Mali... para mí aún es el Museo de Arte de Lima, donde pasé un verano horrible intentando aprender a pintar, aburrida hasta los huevos y yendo al baño a cada rato para no morir de sueño. Tendría yo unos ocho o nueve años, no recuerdo bien... pero si recuerdo la pesadez de esas clases. Ahora que lo pienso bien, me hubiera gustado aprender algo de pintura, y dibujar mejor de lo que hago, pero esas clases realmente eran aburridas. Ese es mi gran recuerdo del gran MALI.

O para mí: el Museo de Arte. Finish.


2. La mujer de rojo (o "Como hacer que un hombre se voltee a mirarte")

Esto no ocurrió hace más de dos días. Caminaba por Miró Quesada (como en la mayoría de mis historias, creo) y justo antes de llegar a la esquina de Abancay, vi algo que me hizo voltear la mirada... y a casi todos los hombres que estaban por la calle: una mujer vestida de rojo. Pero no era cualquier mujer con cualquier ropa de color rojo. Esta mujer era una de esas con un muy buen cuerpo por donde se le mire, y que además llevaba puesto un sastre color rojo, consistente en un saco y en una falda recta pegada. Bastante pegada.

Iba lo suficientemente pegada a su buen par de piernas, como para hacer que el portero del Banco Central de Reserva, el sujeto que la vio cruzar la calle, aquel por cuyo lado pasó (incluyendo al acompañante), el guardian de la playa de estacionamiento a donde entró y esta servidora del blog, volteáramos y la viéramos cruzar la calle. Sospecho que éramos más, pero no puedo decir exactamente cuántos. Pero no es lo importante.

No es la primera vez que veo una mujer caminar de tal manera y con tal atracción que despierte el ansia de ser mirada por los hombres. A mí me ha pasado un par de veces, pero imagino que hay mujeres que pasan por ello todos los días. Siempre están en eso, aguardando, eligiendo bien la combinación de ropa que las hará irresistibles. Musas. Diosas del sétimo cielo, contra las cuales nosotras las mujeres terrenales no tenemos ni una pizca de chance de competir.

Cuánta envidia. Y a veces... cuánta pena. Los ojos se han hecho para mirar y sería injusto pedirles a los hombres que no lo hagan. A menos que se porten igual de pende..os que SÑ y no solo miren, sino que también toquen el claxon, hagan gestos... aullen a la luna...

Vi a esa mujer de rojo. Solo pude decir: "esa es una mujer que definitivamente quiere que la miren".




3. La decana de América (y de SÑ)

La semana pasada he piasdo San Marcos por primera vez en mi vida. Nunca, en mis 24 años, he pisado alguna facultad de esta "gran" universidad, aquellas que todos ensalzan y tiembla a veces en las voces de los postulantes a las universidades. Como decía mi papá (mejor dicho: dice), esta es la gran universidad del Perú, solo para aquellos que logran ingresar en ella, en la que es difícil mantenerse, donde no está cualquiera, llena de historia... y toda esa cala.

Esta vez fui con SÑ a su facultad: Derecho (obviamente!). Ese día, él estaba invitado a dar una conferencia sobre la Investigación Preparatoria en el NCPP, y había preparado una que le salió genial, debo de decir. Preparó unas diapositivas bastante entendibles que sellaron el éxito de su exposición. Los alumnos lo entendieron, yo también. Y debo de decir que estaba bastante orgullosa.

Recuerdo la primera vez que lo vi exponer. Fue en setiembre del lejano 2008, y fue en el Colegio de Abogados del Callao. Fue su primera exposición también, y habló sobre el Principio de Imputación Necesaria, un tema del cual hemos hablado muchas veces y que él domina bastante bien... aunque aquella vez no le salió todo muy perfecto. Habló muy rápido y algunas cosas en la exposición de entonces no se le entendieron. Fue jocoso cuando él dijo "¿preguntas?" y todos teníamos rostro de desconcertados.

Esta vez en su facultad fue muy distinto: él dominaba la exposición, y se mostró coloquial justamente para hacerse entendible. Tenía el tema estudiado y dominado. Como siempre, era dueño de sus palabras y de sus dones jurídicos. La rompió. Y él lo sabía, por eso estaba tan contento al finalizar (a pesar de que el segundo expositor casi nos dejara dormidos mientras intentaba explicar la Etapa Intermedia del NCPP).

Creo que SÑ también estaba contento por hacerme conocer su facultad, el lugar de sus amores. De eso, me parece, tengo que hablar en una segunda parte. Del parque, del edificio y de los salones. Todo eso que fue su segundo hogar, y que en algún momento también le daba mucho miedo. Donde vivió, creció, y también amó.

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