jueves, 6 de junio de 2013

La levedad y el peso

"Muss es sein? Es muss sein!"

Estoy volviendo a leer la máxima obra del autor checo Milan Kundera: La insoportable levedad del ser. Es insoportablemente parecida a mi historia con SÑ.

Pero antes de volver a aburrirlos con mi tormento de siempre, primero hablaré de la obra de Kundera. El sujeto hace un tratado filosófico de una historia de amor que empieza de la misma manera en que empiezan muchos romances: casualidades. Tomás va a un pueblo a hacer una visita médica debido a que su jefe estaba impedido de hacerlo y hospedado en el lugar conoce a Teresa, una mesera que lo conoce sirviéndole un cognac y con un libro abierto en la mesa del lugar donde nunca nadie había traído un libro abierto. Teresa necesita escapar, ser ella misma, tener oportunidades, y usa la excusa de la atracción que en un primer momento siente Tomás por ella para hacerlo. Parece difícil, parece que Teresa se estuviera arrastrando por este hombre en un primer momento, pero finalmente logra salir de la vida de mesera, de la vida sin oportunidades y tener un romance con un hombre que parece haber sido diseñado para ella.

Pero hay inconvenientes: Tomás es un mujeriego, y no tiene la menor intención de dejar de serlo. Claro, se embarca en una relación con Teresa, pero no deja de ver a las otras mujeres. Lo malo: ella lo sabe y decide aceptarlo, lo peor: su subconciente no lo acepta. Y lo realmente malo: Tomás no la ama. Puede quererla, sentir compasión por ella al imaginarla triste sin él, pero nada más.

Ahora, la cosa es, ¿podrán las casualidades que los juntaron, mantenerlos unidos?,  ¿ganará la levedad de la vida de Tomás, o el peso de los pensamientos de Teresa?

* * *

Casi como pasó con Teresa y Tomás, mi primer encuentro con SÑ fue obra de la casualidad: yo buscaba trabajo y conocía a alguien que también conocía a SÑ, nos presentaron y al inicio casi ni hablábamos, hasta que el verdadero trabajo comenzó y empezamos a tratarnos más. Mientras que para mí abrir la boca ante otros chicos era sinónimo de rareza, para SÑ era algo extraordinario: no habían chicas interesantes como yo, que dominaran la información que yo tenía y que mostraran interés por ello. ¿Acaso era el destino o la casualidad la que me juntaba con un hombre que tenía exactamente los mismos intereses que los míos?

Lamentablemente, el parecido entre Tomás y SÑ se fue haciendo más evidente: ninguno es fiel, ninguno ama de verdad. Claro, ambos pueden querer y a ambos realmente les importan sus seres queridos, pero no aman. ¿SÑ me ama? No. Nos quiere a MH y a mí, pero no no ama. Y  no les voy a mentir, aprendí a vivir con ello, pero aún guardo un deseo escondido por escuchar esas palabras que muchos pueden: te amo. 

Supongo que mi vida nunca fue como de otros. ¿Y si nunca nadie me dice "te amo"? Viviré. Pero será triste.

Sospecho que el otro parecido que tienen es la compasión. Tomás no puede dejar a Teresa porque se siente mal de hacerlo al pensar en como estará ella sin él, ¿SÑ pensará lo mismo?, ¿será la compasión y no el amor lo que ha mantenido nuestra larga relación? Eso yo no lo sé. Pero cuando me siento mal como ahora, semi abandonada por él (que sigue en su FAT), esta idea me persigue.

Y en ese punto yo me vuelvo como Teresa: celosa. Teresa sueña que marcha desnuda con otras mujeres y que todas deben obedecer a Tomás o este las matará. Mientras Teresa refleja sus celos en sus sueños, yo lo hago en la vida real. Ella no puede dormir, yo no puedo vivir. Estos últimos días ando con los celos a flor de piel y estos suelen surgir por cualquier cosa.

SÑ tiene un almuerzo: celos.

SÑ tiene un seminario: celos.

SÑ sale con su compañera de trabajo en su auto solo para dejarla cuadras más adelante (¡sí, eso era lo del viernes!): celos.

Ser celosa no me gusta. Aunque SÑ no lo crea y yo tampoco me lo crea. No me gusta ser celosa porque me convierte en una persona horrible, detestable, en una especie de Gollum quien solo tiene una fijación y sufre por ella. Gollum sufría por el anillo único y yo sufro por SÑ. Ambos son nuestra fijación y vivimos como seres despreciables en la sombras mientras la fijación no desaparezca.

¡Gollum, Gollum! Ah no, no, no.

* * *

Así que "La insoportable levedad del ser" es un libro sobre el amor, los celos y la levedad y el peso de la vida. ¿Uno quiere tener el cuerpo en tierra, o flotar con sus decisiones? Kundera expone su teoría y lo hace muy bien.

Yo sigo leyendo el libro e intento deshacerme de mis celos. No me gustará la levedad, pero tampoco el peso que debo de aguantar por mis celos. ¿Acaso no dije en su momento que iba a confiar en SÑ? Bueno, entonces, ¿qué carajos estoy esperando?

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