miércoles, 18 de enero de 2017

Encuentros y Desencuentros

Había que tomar una decisión sobre todo esto.

La semana pasada era un manojo de emociones. Terminé demasiado confundida y la verdad es que yo soy la culpable de esto. Como bien me suele decir GF, mi autodestrucción me puede llevar a sufrir mucho y a no dejarme vivir. La semana pasada casi y me pasó esto.

Como bien saben, estuve con ese vaivén de emociones porque me puse a leer conversaciones antiguas que habíamos tenido SÑ y yo. Obvio, eso NO PUEDE ser saludable, y no lo fue entonces. Ello hasta me llevó a pensar que tal vez yo aún podría seguir... sintiendo algo por SÑ, pero la verdad es que ahora, con calma y respirando profundamente, entiendo que no es nada de eso. Era la fuerza de la costumbre la que me llevaba a sentirme así. Nada más. Además, todas las conversaciones que revisaba eran bonitas, llenas de risa y bromas, de una época en la que teníamos momentos felices, pero que duraban muy poco en vista de que la realidad se imponía ante nosotros. No faltó, claro, la conversación tensa en la que yo quería ir más allá y él no me dejaba, y que superábamos conmigo cediéndole todo el terreno a SÑ. Les juro: leí esas conversaciones y sentí mucha vergüenza de mí misma, por haberme dejado hacer eso, y por no haber hecho nada para cambiar esa situación.

El sábado en la noche, me encontraba en un parque muy bonito de la ciudad esperando a GF, y fue cuando aproveché para hacer lo que me daba un poco de miedo hacer: si quería deshacerme de esa confusión de una vez, debía de revisar la última conversación que SÑ y yo tuvimos, esa que estaba tan llena de dolor y pena y que marcó el final de todo esto. Efectivamente, todos esos sentimientos se encontraban presentes, y mientras leía las últimas frases hirientes que me dedicaba SÑ, recordé por qué motivo había decidido salir de ahí: yo amaba a SÑ, me hubiera cortado un brazo por él, pero él no solo quería el brazo, sino también la pierna, las orejas, la nariz, quería demasiado, la relación con él me pedía sacrificar demasiado, y yo ya estaba muy cansada. No diré que todo fue malo, pues tuvimos buenos momentos, nuestras conversaciones siempre eran entretenidas, y teníamos mucho en común, pero eso ya no era suficiente. Yo quería más, NECESITABA MÁS, y él no me lo podía dar, ¿qué otra cosa podía hacer?

Finalmente, cuando llegó GF, tuvimos una conversación sobre nuestra relación. No mencioné a SÑ, pero si le pedí que me aclarara un par de puntos sobre nosotros. De más está decir que GF es maravilloso: me escucha, intenta ayudarme a calmar mis emociones y no tiene miedo de expresar lo que siente, y no le incomoda que los dos lo hagamos. Es la luz en las tinieblas en las que me encontraba. Me salvó la vida... y me la sigue salvando cada vez que puede.

Entonces, esta semana comenzó y yo ya me sentía más tranquila y segura en mis sentimientos. La vida laboral continuaba como siempre, y yo me iba aligerando más de lo que casi me termina jodiendo la vida (otra vez). Ayer en la tarde, GF me estaba viniendo a recoger al trabajo para irnos juntos a casa y a hacer unos pendientes que teníamos. Yo fui feliz de ver a mi chico esperándome, como lo ha hecho otras veces, y bajé a su encuentro.

Caminamos juntos a tomar el bus para ir a casa, cuando me crucé con alguien a quien no veía de cerca en mucho tiempo: (suspenso) (suspenso) (MÁS SUSPENSO) era ECN, la misma de toda la vida, con la cara más seria que se puedan imaginar, saliendo del edificio donde se encuentra trabajando SÑ. Al verla, no pude evitar esbozar una sonrisa, aunque claro, no le dije nada a GF, porque no era necesario, pero yo ya estaba confirmando con ello lo que sospechaba hacía un tiempo: ECN está TRABAJANDO CON SÑ. Y la verdad, es que eso me hizo reír. El reemplazo más vil y más bajo de toda la vida.

Ah, y que SÑ, si lee estas líneas, ni siquiera se le ocurra pensar que yo también lo reemplacé. No querido: yo no fui a conseguirme un amante, sino una pareja de verdad. Tú, en cambio, te conseguiste a alguien a quien le has dado EXACTAMENTE el mismo lugar que a mí. Durará lo que tenga que durar, es cierto, y luego el karma se encargará de ustedes, así como se encargó (y se encarga) de mí.

Finalmente, el encuentro con ECN me ayudó a terminar de recordar el por qué me salí de todo eso. Claro, con un poco de ayuda de ECN y con el empujón definitivo de SÑ, que al final, en vez de hacerme un mal, me hicieron el mejor bien de la vida. Al final, si tengo mucho que agradecerles: gracias, gracias por sacarme de la oscuridad. Y les deseo la mayor de las suertes en las tinieblas.

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