lunes, 5 de julio de 2010

"Gone with the Wind": la película que vivirá eternamente

Recuerdo la típica broma que hacen los peruanos referida a la frase "Lo que el viento se llevó... nunca más volvió". Esa frase la había escuchado con anterioridad, cuando era niña, y había dado por hecho que la misma se trataba de un refrán que se refería al pasado y a la imposibilidad de regresar al mismo.

Años después, con mi gusto por el cine, llegó también el conocimiento de que lo que había escuchado, no se trataba de una simple frase: "Lo que el viento se llevó", era, además de un libro muy exitoso, una grandiosa película clásica de los años 30.

Nunca había visto la película. Había visto pequeñas escenas de la misma, pero no lo suficiente como para definir realmente mi admiración o repulsión por ella. Una tarde de sábado, el canal TCM la incluyó en su programación, así que luego de almorzar tranquilamente, me acomodé en mi cama, me puse los lentes y prendí el televisor, lista para ver la película de la que tanto había escuchado hablar.

Bueno... ¿cómo empezar? La película es tan larga como la Guerra Civil misma (que es el punto central de la historia), y recuerdo que anochecía mientras yo la terminaba de ver. Pero en fin: hay gente a la que le gusta "Casablanca", hay otros que no pueden dejar de "Wizard of Of", o quienes siempre amarán "Breakfast at Tiffany's" y se reirán eternamente con "The Pink Panther". Por otro lado, algunos llorarán con la Garbo y reirán con la Monroe. Pero yo... definitivamente siempre amaré con el corazón y el alma a Vivien Leigh en "Gone with the wind".

La Historia
Como ya dije: la película es increíblemente larga. Son mas o menos cuatro horas de duración, en una época donde todavía uno acudía al cine a ver cortos, es decir, donde la gente no se acostumbraba a quedarse durante tanto rato por una sola película. Ahora podemos hacerlo, ya que los grandes éxitos suelen ser películas de larga duración. El último caso que recuerdo es "El señor de los Anillos", cuya trilogía la tendrías que empezar a las ocho de la mañana, para poder terminar en una hora decente en la noche.

Pero por aquel entonces, no pues. La película, como también dije, está basada en una novela del mismo nombre, escrito por Margaret Mitchell, siendo ésta obra tan exitosa como la película en sí. Como toda mujer, la sra. Mitchell utiliza el conocimiento propio para narrar lo que probablemente sea uno de los mejores relatos de la historia.

Todo comienza en Tara, una especie de "hacienda" en el sur en Georgia, donde vive la familia O'Hara, dirigida por el inmigrante irlandés Gerald O'Hara, quien casado con la amable señora Ellen, cría a su familia compuesta por tres hijas, a la vez que dirige a los negros esclavos que hacen el trabajo de campo y mantienen la buena posición social de los O'Hara. En dicha casa y familia es que es criada Katie Scarlett O'Hara, quien no solo es jovencita bastante altanera, sino además caprichosa, a pesar de que tiene un gran espíritu y fuerza que la levantarán de mucho a lo largo de su vida. Ella recibe la ayuda de su "Mammy", una negra esclava que no se comporta como tal y le llama la atención cuando es necesario y que se nota que es alguien a quien no quieres molestar.

La historia comienza en aquel Edén, cuando Scarlett recibe una noticia que le oscurece el mundo: su vecino de la hacienda "Twelve Oaks", Ashley Wilkes, está comprometido con Melanie Hamilton, una prima de Atlanta, y dicha noticia será anunciada en la barbacoa de los Wilkes a realizarse prontamente. Scarlett ama a Ashley desde hace mucho, y no quiere dejarlo ir tan fácil, por lo que decide presentarse de la mejor manera posible a Twelve Oaks y así confesarle sus sentimientos al que cree es el amor de su vida.

Scarlett acude a Twelve Oaks el día de la barbacoa, y casi de inmediato es rodeada por la mayoría de varones jóvenes invitados. Todos la admiran, todos "quieren con ella", porque ella es coqueta, es casi sexy, y es increíblemente hermosa y llena de vida. Los hombres, acostumbrados a mujeres sumisas y cerradas (por el catolicismo fuertemente impuesto) se sienten obviamente atraídos hacia la joven Scarlett, quien no duda en darles falsas esperanzas a todos, con tal de cumplir sus propósitos. En este caso está bien claro: darle celos a Ashley, quien en esos momentos solo tiene ojos para la bondadosa Melanie, de quien podría decirse que "es buena... pero definitivamente no ingenua".

En la misma barbacoa, que reúne a la clase alta de Georgia, se encuentra un desconocido para Scarlett: Rhett Butler, un tipo que se ha ganado una pésima reputación debido a que se negó a casarse con una mujer "luego de pasear con ella sin acompañante" (bah! si me lo preguntan a mi), además de que su familia en Charleston no lo recibe, y que fue expulsado de la academia militar "West Point". En definitiva: un sujeto terrible, pero un galán de esos de los que es inevitable enamorarse. Shit.

Durante tal reunión, está presente la sombra de la Guerra Civil, aunque los caballeros sureños están más que entusiasmados con ella, pensando que lo tienen ganado y que podrán conservar el estilo de vida al que están acostumbrandos (con la esclavitud, más que nada). Ashley es el más realista, pero quien definitivamente pone los puntos sobre las íes es Rhett, quien les manifiesta la imposibilidad de ganarle a los "yankees" y que la guerra civil destruirá al sur. Rhett es rechazado por Charles Hamilton- hermano de Melanie-, quien le hace saber su desprecio. Rhett se retira, y luego Ashley, quien lo busca para enseñarle su propiedad. Es entonces que es interceptado por Scarlett, quien lo conduce a un estudio, donde le confiesa que lo ama y que no quiere que se case con Melanie, sino con ella. Ashley toma todo lo manifestado como una ilusión de una jovencita (me imagino que entonces Scarlett no puede pasar los 18 años) y le dice que aunque le aprecia y le importa mucho, no puede corresponderle. Scarlett se enfada con Ashley, le pega incluso, pero el caballero sureño se retira como lo que es, y en silencio cruza la puerta, cerrándola tras de sí. Scarlett, furiosa, arroja un jarrón hacia la pared.

"Uh... ¿la guerra ya comenzó?", exclama Rhett cuando el impacto del jarrón lo despierta. Scarlett se muestra asustada por la presencia del hombre que ha escuchado todo. Rhett le promete discreción, aunque ella lo desprecia desde el primer instante, además... no creo que Rhett se hubiera ganado el primer afecto de Scarlett luego de decirle "usted señorita, no es ninguna dama".

Luego de lo ocurrido, las noticias vuelan: la guerra se declaró. Todo el mundo corre para enlistarse y pelear contra los yankees y defender sus tierras. Scarlett ve con lágrimas en los ojos como Ashley se despide con un beso de Melanie y parte. Mientras, Charles Hamilton, le pide matrimonio y ella acepta, producto del despecho. Se casan un día después de que Ashley se casa con Melanie. Scarlett llora luego de que Ashley le da un frío beso de despedida en la mejilla.

Charles Hamilton morirá en el frente, pero producto de sarampión y neumonía. Scarlett es ahora una joven viuda, pero siempre mal vista por los demás, especialmente por las mujeres. Supongo que su vitalidad no era nada bien vista en la época, pues seguro se esperaba que las mujeres fueran recatadas y silenciosas, mientras que Scarlett siempre decía lo que pensaba o actuaba como quería. Melanie, en tanto, era muy respetada por todos, desde la más joven hasta la más vieja de las mujeres de Georgia, y quería mucho a Scarlett, de quien admiraba su vitalidad. Cosas de la vida, le dicen. Y también cosa de la vida que Scarlett deje Tara luego de enviudar, para irse a vivir con la tía Pittypat- tía de Melanie- a la ciudad de Atlanta. Ahí no solo estaría la referida tía, sino también Melanie... y la esperanza de poder volver a ver a Ashley.

Durante un baile de beneficencia en Atlanta, es que surge un nuevo encuentro con Rhett Butler, quien rompe con los tabúes y saca a bailar a Scarlett (quien se encontraba de luto, al igual que Melanie), quien ya estaba bastante aburrida en el lugar, al no poder divertirse. Es entonces que entre ellos se inicia una especie de "amistad", que no está muy bien definida debido a los arrebatos bruscos de Scarlett, los cuales Rhett comienza a admirar. Él es un hombre incomprendido, a final de cuentas, con el mismo espíritu de Scarlett, pero igual que todo portador del cromosoma XY termina cayendo a los pies de la bella joven.

Pero Scarlett sigue tan enamorada de Ashley como el primer día. Cuando él va a casa por navidad, no puede evitar la pena, así como sus sentimientos. Ashley se queda poco, lo que destroza el débil corazón de Melanie, pero le hace prometer a Scarlett que la cuidará en su ausencia. Ella le podría prometer descubrir la piedra filosofal si él se lo pudiera, sin oponerse, por lo que le promete cuidar de Melanie, aunque la odie. Es entonces que se produce el primer beso entre ellos. Ashley es un personaje un tanto confuso: hasta ese momento no lo sabemos con certeza. ¿Quiere a Scarlett?, ¿la ama o solo la desea? Solo una vez en mi vida me he encontrado con un sujeto igual de confundido (¿necesito decir quien?).

Mientras Scarlett está en Atlanta, la guerra ha dejado de ser una sombra y se ha hecho un escenario real, donde tiene que ver a los soldados sufrir y morir en el Hospital Militar, a donde va de voluntaria con Melanie, quien tiene verdadera vocación, al imaginar a su esposo en similar situación que todos los demás. Es verdaderamente insoportable si uno no tiene el estómago suficiente para soportarlo. La muerte, la desolación, la angustia, todo en un solo lugar. Scarlett no lo aguanta y se va a casa, dispuesta a volver a Tara ante la inminente invasión yankee. Pero no puede: Melanie está enferma... y embarazada. Scarlett se ve obligada entonces a cumplir realmente con la promesa hecha a Ashley, aún en contra de su propia voluntad. Se queda entonces mientras la tía de Melanie huye, producto del miedo.

Tiempo después el final es inminente: los yankees están entrando en Atlanta. Es el momento de la huída. Scarlett corre apurada en busca de Melanie, pero ella ya entró en trabajo de parto. Caballero no más, a hacer de tripas corazón. Primero manda a Prissy, su esclava, a buscar al doctor, pero a ella no parece importarle nada ya que la esclavitud pronto se acabará para ellos (ah, esa no se la sabían, ¿no?), por eso se da el gusto de ir cantando y caminando tranquilamente, mientras que Scarlett es un manojo de nervios. Para colmo de males, el doctor no puede ir y Prissy no sabe un carajo de partos. Scarlett, como pronto se verá, tiene que hacer las cosas por sí misma, trayendo al mundo al hijo de Melanie y Ashley: Beau.

Rhett acude al llamado de Scarlett (luego de haberla estado pasando genial en un prostíbulo, regentado por una "amiga" suya, Belle Watling) con una carreta para poder salir de Atlanta. Se llevan a la joven madre, a su hijo y a la torpe esclava, enfrentando diversos peligros en el camino, como los saqueos que se comenzaron a producir en la abandonada ciudad, además del fuego que consumía diversos almaneces de arsenal bélico. Scarlett le dice a Rhett que debe sentirse orgulloso de no tener que formar parte de ese grupo tan triste y derrotado que son los sureños, pero Rhett solo siente arrepentimiento por no haber luchado por la causa y quedarse mirando sin hacer nada. Por eso es que, cuando saca a Scarlett a salvo, la deja para unirse a lo poco que queda del Ejército Confederado. Ella lo odia entonces, pero el la ama y la besa antes de marcharse. Scarlett desde entonces, tiene que enfrentar mucho antes de llegar a Tara. Incluso tiene que pasar por lo que fue Twelve Oaks, y es ahora una tierra destruída, con la gran mansión hecha pedazos y una tumba solitaria del padre de Ashley, John Wilkes.

La pena se desvanece cuando ve que Tara está aún de pie. Lamentablemente esto no dura mucho: su padre ha perdido la razón, debido a que ha perdido todo en su propiedad, porque la casa fue utilizada como refugio del Ejército yankee, quienes arrasaron con todo lo que encontraron. Lo peor no es eso: su madre murió de tifus, al cuidar no solo a sus hermanas que cayeron enfermas, sino además a una joven considerada “white trash” (basura blanca, cuyo concepto es un tanto confuso aún para mí) y que ya antes había tenido un hijo ilegítimo con un ex capataz de la hacienda de los O’Hara (el cual nació muerto). Scarlett no solo está destrozada, sino cansada y hambrienta. Ante tal necesidad, junta todas las fuerzas que tiene en su encomiable espíritu y jura “con Dios como su testigo” nunca pasar hambre, así tenga que robar, mentir, engañar… o matar. Una escena ya muy clásica.

Es entonces que, ante la ausencia de trabajadores, tienen que comenzar a trabajar la tierra, incluso las hermanas consentidas y malcriadas de Scarlett, quien ha asumido el mando de todo, mientras Melanie se recupera, y Gerald O’Hara anda por la casa semi desquiciado por la pena. Durante este tiempo, Scarlett incluso da muerte a un desertor yankee que intentaba asaltar la casa, y de paso le roba sus pertenencias de valor y esconde el cadáver, con la complicidad de Melanie, que ya estaba lista bajando con la espada de su hermano Charles (les dije que era buena… pero no ingenua).

Pronto la guerra termina, y todos los soldados pueden regresar a casa, incluso Ashley, quien se queda a vivir en Tara, pero también aparecen los “oportunistas” (en el idioma original son “carpetbaggers”, y también el término me confunde un poco), y uno de ellos resulta ser el ex capataz de la hacienda, casado ahora con la mujer que Scarlett cree es la causante de la muerte de su madre. Y para colmo de males, los impuestos para la hacienda han subido bastante, y Scarlett no tiene dinero para pagarlo. Pide ayuda a Ashley, quien está tan desolado como ella, y en un arranque de pasión ambos se besan nuevamente, en un instante en que ella le pide que la lleve lejos porque no puede soportar la vida que tienen ahora. Ashley le dice, que no dejará Tara, ya que ama esa tierra con todo su corazón. Ante la aparición del ex capataz que tiene la intención de comprar Tara, Scarlett lo larga lanzándole un pedazo de su terruño. Gerald O’Hara ha visto la escena, y lleno de valor comienza a perseguir con su caballo al sinvergüenza, pero al intentar saltar una cerca, el caballo lo lanza y muere, ante la mirada de sus hijas.

Luego de la muerte del padre, Scarlett está desesperada por conseguir el dinero necesario para mantener su hacienda. Es entonces que recuerda a Rhett y su gran fortuna. Hace un vestido con la tela de las cortinas de su madre (casi lo único que queda en la destruida casa) y va a buscarlo a Atlanta, donde se encuentra recluido por los yankees, quienes le tienen bastante respeto por “perder con tanta gracia” durante los juegos de cartas que realizan. Scarlett por un momento engaña a Rhett, haciéndole creer que le importa y que hasta lo quiere, pero Rhett reacciona al ver las manos maltratadas de Scarlett (producto de trabajar la tierra) y naturalmente, la manda por un tubo. Ella está molesta, desesperada… pero le dura poco, cuando encuentra a Frank Kennedy, un hombre mayor que siempre pretendió a su hermana Suellen. Scarlett ve una oportunidad y le miente, diciendo que su hermana está ya con otro pretendiente y finge interés por él. Mammy (quien había acompañado a Scarlett a Atlanta) no puede creer lo que ve, pero no dice nada. Poco tiempo después, Scarlet tiene el dinero para conservar su casa, pero le ha roto el corazón a su hermana. Ahora, la joven valiente está casada por interés, y Ashley ahora trabaja junto a ella en la tienda de su nuevo esposo. Scarlett está dispuesta a hacer dinero rápidamente, y lo logra, cumpliendo con su juramento de nunca más volver a pasar hambre.

Mientras ella sigue trabajando, Rhett vuelve a aparecer, aún soltero y aún rico. Scarlett finge no tener interés por él, y sale hacia el aserradero de la tienda, en medio del bosque. En el camino, casi es asaltada, pero es defendida por un ex esclavo suyo y ahora liberto llamado “Big Sam”. Scarlett está nerviosa cuando llega a casa, y llora como la consentida y malcriada que es cuando su esposo le dice que se va a una reunión política, sin saber que se lleva un arma consigo, no necesariamente por la reunión.

En casa de Melanie, están ella, Mammy, Scarlett, India (la hermana de Ashley) y la esposa del Dr. Meade, reunidas, cosiendo. India le manda indirectas a Scarlett, y hasta aparece Rhett diciendo que los hombres se dirigen a una trampa, y sale raudamente en su búsqueda. Scarlett no entiende nada, hasta que le explican que en verdad los hombres no están en una reunión política, sino que habían ido a dar caza a los vagos que intentaron asaltar a Scarlett (claro, los yankees controlaban el orden, así que, naturalmente, habían prohibido que los sureños tomaran justicia con sus manos). Todas aún siguen presa de los nervios, mientras que Melanie intenta leerles “David Cooperfield”. De repente, los hombres llegan en compañía de Rhett… ¡pero ebrios! Rhett deposita a Ashley en una suya, mientras que el Dr. Meade convence a los yankees con su aliento ebrio. Rhett tiene que explicar que estuvieron en la casa de Belle Watling (la “madame” del pueblo), por lo que Melanie finge estar molesta y decepcionada de su marido. Los yankees, convecidos, se van, y finalmente el doctor puede revisar la herida de bala en el hombro de Ashley y atenderlo. Scarlett le pregunta a Rhett por Frank, y se entera que murió producto de un disparo en la cabeza.

Scarlett está nuevamente viuda, y esta vez sintiéndose muy culpable por lo ocurrido con su último esposo. Así, arrepentida, está ebria, cuando Rhett va a visitarla y finalmente proponerle matrimonio. Scarlett no puede negar que siempre se sintió atraída hacia ese hombre, así que acepta, luego de un buen par de besos robados que la dejan al borde del desmayo. Finalmente, Scarlett vuelve a tener la clase de antaño, con más dinero del que hubiera imaginado, y todo suyo, además de que puede recuperar Tara con todo lo que Rhett le ofrece (que nunca deja de ser poco). A pesar de los sueños en que “persigue algo en medio de la niebla” se amolda tranquilamente al nuevo (y recuperado a la vez) estilo de vida. Es feliz con Rhett, no lo puede negar, mientras que él está radiante a su lado, galante como siempre, pero esta vez, digamos que “rehabilitado”: ya no es el mismo soberbio de siempre, sino que busca un espacio en la sociedad, el respeto de la gente e incluso el de Mammy, a quien compra una falda color rojo, el cual ella usará cuando nazca la hija de Scarlett: Bonnie Blue Buttler (por los ojos azules de la niña).
Rhett adora a su hija, y ama a su mujer, pero Scarlett comienza con su indiferencia hacia él, no habiendo podido olvidar a Ashley, lo que motiva la ira de Rhett. Incluso se vierten rumores de infidelidad, ya que India y la Sra. Meade ven a Scarlett y a Ashley “muy juntitos” en la tienda. Rhett obliga a Scarlett a enfrentarse a Melanie ella sola durante la fiesta de cumpleaños de Ashley, pero Melanie, lejos de reprocharle cualquier conducta, la recibe como la hermana que ella considera (bueno, debo reconocer que aquí Melanie si se dejó llevar un poco por la ingenuidad).

Esa noche, Rhett está ebrio y tiene una confrontación con Scarlett, terminando esta… bueno… como todos los líos de pareja suelen terminar: en la cama. Al día siguiente, Scarlett está feliz (a pesar de haber sido, ¿forzada?), pero Rhett llega arrepentido, y le dice que se va de la casa… con su hija. A pesar de los consejos de Belle (a quien finalmente le leemos el corazón: está enamorada de Rhett), el hombre sigue enamorado de la caprichosa mujer. Por eso se aleja, antes de que algo peor suceda.

En Londres, la pequeña extraña demasiado el hogar. Y luego de un incidente, en que ella despertó gritando porque no podía dormir con la luz apagada, deciden volver a Atlanta. Ahí Scarlett los recibe con alegría, pero Rhett es un témpano de hielo, manteniendo su distancia para no caer nuevamente a sus pies. Scarlett se molesta, le dice que está embarazada, pero furiosa. Rhett pone en duda la paternidad del bebé, e incluso le dice “pero no te preocupes, probablemente lo pierdas”. Lamentablemente sus palabras resultan proféticas, y Scarlett en un arranque de cólera, al querer pegarle a Rhett, termina rodando por las largas escaleras de su mansión. Después de delirar (y llamar a Rhett dentro del mismo), pierde a su bebé. La única persona que consuela al pobre hombre es Melanie, quien se gana la admiración de Rhett de forma definitiva.

Luego del aborto espontáneo de Scarlett, Rhett le pide perdón, le dice que la ama y le pide que retomen su vida, juntos, por el bien de su hija. En esos instantes, la hija está haciendo saltos con su ponny, y al intentar saltar una valla alta, se cae del ponny y muere con el cuello roto. Ese es el inicio del fin de la relación de Scarlett con Rhett. Melanie llega por pedido de Mammy, quien está destrozada con todo lo ocurrido en la casa: Rhett le disparó al ponny, Scarlett y él se dijeron de todo, y la pequeña está siendo velada en un cuarto, ya que Rhett no quiere que la pongan en un cajón “por su miedo a la oscuridad”. Realmente es desolador y sin consuelo lo que ahí se ve. Finalmente, Melanie convence a Rhett para que entierren a su hija, pero se desmaya, producto de una enfermedad que siempre la persiguió y de la que nunca dijo nada (tanto así, que en realidad, nunca supimos qué fue).

Melanie muere una madrugada, mientras el amanecer frío despertaba a Atlanta, rodeada de sus amigos y su familia. Como último deseo, le pide a Scarlett que cuide a Ashley, y a Rhett quien “la quiere tanto”. Mientras Ashley y Scarlett se consuelan, Rhett se va, ya con el corazón definitivamente roto. Es entonces que finalmente Ashley se aclara: nunca amó a Scarlett, sino a Melanie. Scarlett parece despertar de un sueño que parecía eterno, y va en busca de Rhett, en medio de la neblina (igual que en sus sueños). Lo encuentra en casa, pero haciendo las maletas, dispuesto a irse. Ya no le interesa si Scarlett lo ama, o si Ashley es cosa del pasado, él está dispuesto a irse de ese lugar y no volver más. Eso hace, eso está haciendo cuando Scarlett lo detiene en la puerta y le dice “Oh Rhett, y ahora, ¿qué haré?, ¿a dónde iré?”. Surge la respuesta de Rhett, la mejor frase de la película, y que define su esencia: “Francamente querida, me importa un bledo”.

Scarlett está triste, pensando en lo que pasó, y se sienta en la escalera. Siente que no le queda nada, cuando recuerda lo que le decía su padre sobre el amor a la tierra, sobre lo que Ashley le dijo sobre su amor a Tara, y lo que Rhett le dijo acerca de cómo era tan fuerte como Tara. Tara, Tara, Tara. Es lo que Scarlett siempre tuvo y siempre tendrá. Ahí es donde irá a pensar en cómo recuperar a Rhett, porque “después de todo, mañana será un nuevo día”.



El Mensaje
No sé aún si de verdad está película fue hecha con el objetivo de inspirar a alguien, pero definitivamente despierta mucho luego de haberla visto. Creo que, a pesar de lo bitch que era, podemos aprender mucho de Scarlett, de su fuerza, de sus ganas de no dejarse derrotar la vida y luchar contra lo que sea necesario para sobrevivir. A veces uno ni siquiera quiere levantarse de la cama, pero ella lo hacía aunque pasara hambre o frío. Con o sin dinero. Sus ganas de vivir eran realmente admirables.

Y de lo que me sirve a mí es definitivamente eso: salir de la cama, aún cuando el día esté en contra de uno. Luchar. Siempre luchar. Y simpre sentir, ¿acaso lo dudaban?

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