martes, 27 de julio de 2010

Odio verte partir

SÑ sonríe mientras yo me como las lágrimas y tomo aire para desaparecer el nudo en mi garganta. Le acabo de entregar mi primer cuento para él: Las reflexiones de Luciana y Esteban. Espero que le guste. Más que eso: espero lo lea.

SÑ se está yendo de viaje durante el fin de semana largo con MH a Huaraz. La que hasta el momento era MI ciudad, mi rinconcito en el cielo, ahora solo es una innombrable más en mi lista. ¿Cuáles mas? Ah si: Ica, Trujillo y Huancayo. Lugares que ya no veo igual, que veo con rechazo, con un poquito de asco al imaginarme lo mucho que se acostaron ahí. Desprecio esas ciudades, desprecio lo que suceda ahí. No me importa si hay una mina de oro o si la fuente de la juventud está ahí, NO QUIERO SABER NADA DE ESAS CIUDADES. Lo malo es que SÑ no lo ve así: luego de su viaje me imagino que regresará contando todo lo que vio, diciendo lo mucho que disfrutó, claro que no dirá que lo sexual tuvo que ver o lo poco que estuve en su mente, estará descansado y flamamente mientras yo intento disimular detrás de una sonrisa lo mucho que lo detesto cuando se pone en ese plan.

También tendré que disimular lo mal que he estado durante esos días. Que no dormí o que tuve que casi drogarme para dormir, probablemente con alcohol o pastillas. Que estuve deprimida sin ganas de levantarme de mi cama, a menos que Farla o alguien de mi familia me saquen, llorando siempre, torturándome con la compañía de SÑ. Dolor, angustia, ansiedad... todo lo que siento fluir a través de mi garganta directo a mis ojos en estos momentos. Voy a llorar. Y mucho.

No le he dicho nada de esto a nadie porque quiero negarlo hasta el último momento. Son casi las 10 y 30 de la noche del martes. Mañana, el presidente García da su discurso. Yo estaré deprimida y SÑ estará olvidándome. Me estará olvidando... con ella. Ahora, imagínense uno de esos dolores prohibidos que quieren reprimir a costa de lo que sea. Es un dolor que viene y va, como una ola, un eco de la vida, una risa que te dice "olvídalo, esa persona ya no te quiere y nunca te volverá a querer". Mas o menos es lo que me pasa ahorita, mientras escribo. Siento de todo, todo lo malo y destructivo que puedo, sin ganas de nada. Haciendo planes, pero tranquilizándome un poco, nada más. En realidad solo es el sentimiento horrible de imaginarlos juntos el que me destruye. Y créanme: no voy a estar tranquila hasta que él vuelva a mí. O haga algo parecido a eso.

Odio verlo partir. Odio siempre estas fechas, porque voy imaginando que él se va de viaje. Por un momento y creí que esta vez sería diferente y él se quedaría o viajaría con otras personas. Craso, craso error. Cuando me dijo que se iba con MH estuve calmada, disimulé y pensé que todavía faltaban unos días para ese momento. Disfruté. Olvidé que esta noche llegaría... pero ahora que llegó, no puedo sino desesperarme conforme llega la noche.

SÑ, odio verte partir. Odio que ya no me quieras, que ya no sientas lo mismo por mí y que no me vayas a extrañar. "Te voy a extrañar" le dije "Ay, ***, yo también", pero dije secretamente "no es cierto". No es cierto, porque estarás taaa-aaan contento con MH, acostándote con ella y todo, volviendo a sentir, mientras que yo probablemente termine... no sé donde, tal vez loca por no poder con todo esto.

Siento que es demasiado, en estos momentos. La carga emocional que tengo ahorita es grande. ¿Qué me hará posible despertar mañana? No quiero vivir mañana. Quiero que sea domingo de una vez y tenerlo para mí otra vez. No quiero solo recuerdos de lo que fue nuestra relación, sino que quiero crear nuevas cosas. Quiero que me quiera otra vez. Y entienda mi corazón, que está apenado por todo, que llora con cada cosa suya que ve en el aire: Rosatel, bombones, libros, películas. Que me consuele, que diga que todo estará bien, que no se olvide de mí, porque yo no lo haré.

No puedo escribir más. Si lo hago, siento que me moriré. Odio verte partir, SÑ, pero no hay nada que pueda hacer. Eso sí: no te olvides de regresar. De regresar a mí, si puedes.


Una canción para SÑ, que tomo como mía: "cuando alguien se va, el que se queda, sufre más".


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