viernes, 12 de noviembre de 2010

Pesadillas en la vida real - Parte II

No hay peor sensación que la que se experimenta fuera del sueño, cuando tenemos los ojos bien abiertos, y a veces llenos de lágrimas que recorren nuestros rostros incomprendidos. Nuestros rostros sorprendidos por la situación que se presenta ante nosotros. Lo más real del universo: aquello que supera a la ficción, e incluso a nuestra propia imaginación.

Si la angustia por ver a SÑ partir de vez en cuando, como la que tuve en mi sueño narrado en el post anterior, era terrible, también es cierto que era bastante superable. Cada vez que SÑ se iba para irse con el chirriante pajarillo, yo sufría un montón, es cierto. Pero conforme pasaban los días, yo me iba recuperando poco a poco. Sabía que él regresaba a mí, como el ente que fuere, pero regresaba a mi lado. Estaba conmigo entonces. Aunque con el chirriante pajarillo también, pero sabía que volvía a mí, aunque fuera una partecita suya.

El miércoles SÑ se iba a lo que creo eran ultimaciones de su pronto matrimonio con MH. Se me partió todo. Estaba molesta. Jodida. Así me sentía. Y si ustedes creen que la angustia que sentía cuando se iba de viajes con ella era mala, esta es peor. Claro, no tengo que esperar volver a verlo luego de dos días, ¡SÑ ya no vuelve, ya no volverá! Se fue de mi lado "para hacer lo correcto".

Lo correcto, grandísimo tonto, era que me quisieras a mí in saecula saeculorum. No que me dejaras sola, enfrentando todo por mí misma y con el estúpido deseo de esperar encontrar un novio que me hiciera feliz (dígase: que me hiciera olvidarme de ti). ¿Acaso eres ciego? Yo estoy en estos momentos, incapacitada de amar a cualquier otro sujeto que no seas tú. Estoy paralizada emocionalmente, equivalente a un cuadrapléjico.

Estoy sola. Esa es mi pesadilla, la que estoy viviendo en estos momentos. Hace frío, estoy en la oficina con las labores paralizadas, y... derrotada. Siento el sonido de un molesto y chirriante pajarito que tiene la felicidad comprada por el simple hecho de ser un pajarito. El pajarito está contento con haberme dejado atrás en la tierra, mientras que a su lobo le salieron alas y se fue a volar con ella. Soy demasiado terrestre como para despegarme del suelo, y no tengo alas. Solo tengo un corazón que espero sea lo suficientemente fuerte para aguantar todo esto. Pero la verdad, es que estoy muy cansada.

Estoy cansada de no tener amigos verdaderos hace tiempo. No amigos que te consuelan y a los que no ves luego de centurias. Sino amigos que ves todos los días y todos los días pueden hacerte feliz. Estoy cansada del Fuhrer que se desaparece y me deja sola, sin explicación o motivo. Estoy cansada de estar rodeada de gente y sentirme tan dentro de una pesadilla donde soy presa de mis propios sentimientos, donde me vuelvo una psicópata al borde de mujer asesina en serie, una que quiere que el mundo llore con ella (hasta en estos momentos entiendo que no es así).

Pero de lo que más estoy cansada, es de sufrir... ¡por las huevas! ¿Qué es SÑ más que un hombre que decidió ya no estar a mi lado? Y aún siendo conciente de ello, de su pajarito, de las frases de "¡no seas cojuda!" que me lanza E de vez en cuando... yo sigo siendo tan idiota que lo sigo queriendo. Sigo queriendo a ese hombre. Y lloro cuando me doy cuenta que estoy más que atrapada en una pesadilla que me persigue cada vez que me levanto y me atrapa en vida, presa de mí misma sin poder explotar ante el mundo, sin la capacidad de levantarme de todo esto con un grito muy fuerte. No puedo. No puedo hacer nada. No me siento capaz de nada. Solo estoy muy cansada.

Estoy muy cansada. Realmente. Todo se me cayó encima, todas mis emociones me tienen en un estado en el que no puedo ver lo que está en mis narices, todas las cosas buenas aparecen como insignificantes, y todo dolor que no sea el mío me importa un carajo. Soy algo que existe, no que vive. ¿Cómo salir de esto?, ¿qué hago?, ¿por qué aún no he encontrado una solución a mi mal ya identificado? Sé lo que me ocurre, pero no hago nada, o no se me ocurre nada. No tengo idea de como salir de esto.

Me doy pena. No quisiera ser autocompasiva, pero no hay otra forma de contar todo esto sin sonar así. Sin dar pena. Ojalá fuera la chica que vivía contenta con su soledad, con sus libros, con su música, y no pensaba en que hubiera un dolor tan fuerte como para echarla abajo. Ojalá, pero ya no soy así, ya no me siento tan fuerte. Ojalá SÑ, G, CR, E o el Fuhrer abrieran la puerta que está cerrada de esta oficina y llegaran aunque sea para darme un "todo estará bien" en señal de aliento. Ojalá...

... que esta pesadilla termine pronto.

No hay comentarios: