martes, 14 de diciembre de 2010

Sobre las hormonas y el querer. Ambas joden.

Escribo este post con el hígado. Es bueno reconocer lo mal que está uno cuando escribe algunas cosas. Y reconocer también que es algo que uno se causa, pero por culpa de otras personas, de los terceros. De los "demás", esos que no sabes como o por qué, pero te hacen llorar. Más que de pena por ti misma (además de eso), te hacen llorar mientras te preguntas cómo es que pudiste ser tan idiota como para caer en lo mismo otra vez.

* * *

SÑ me habla en el MSN. Yo lo quiero. Ya tomé mi decisión, la del post anterior, y pensando que lo querré siempre y que lo extraño y todo, me dice que tiene chamba para mí, para mi "entrenamiento" dice él. En realidad, para mí es una excusa que pone para no hacer lo que no quiere y achuntármelo a mí, ya que estará a mil con las charlas de matrimonio, las conversaciones de matrimonio, y con... ah si, su pinche matrimonio. Bueno, si es cierto o no, es lo menos importante. Lo importante es que yo estaba EM-PE-LO-TA-DA con que me busque para eso o porque esté aburrido o con ganas simplemente de "yo que sé". Si, sorry SÑ, a veces parece eso, que soy lo que está ahí en tu repisa. Como la computadora que prendes para huevear, así me siento: como que hueveas conmigo. Si no sientes tanto como yo, mejor dímelo en mi cara pelada así como decimos siempre que las cosas se dicen. Y si nos vamos para el carajo, al menos nos iremos juntos.

Pero bueno, yo estaba asada (dígase también de empelotada, jodida), y quería largarme al toque. Luego de veinte minutos quería llamarlo, no dejar las cosas así tan feas porque eso nunca me ha gustado. Además, que realmente no puedo dormir cuando me peleo con él. ¡De verdad! Es espantoso rodar en la cama que chilla por la edad mientras no puedo dormir y la noche es entera y me come viva y despierta. Preferí llamarlo luego de darme cuenta que lo que me acababa de pasar era producto de un vil y traicionero ataque de hormonal. Seguro esas épocas del mes pues, donde las hormonas influyen mucho en el cambio de humor, pues al parecer no se qué huevada ocurre en la zona frontal del cerebro, y... bueno, no lo recuerdo bien ahorita. Búsquenlo sino, porque acá son las 11.19 de la noche, "Niñas mal" corre en MTV y yo escucho a La Ley de Chile porque (¿ya lo dedujeron?): NO PUEDO DORMIR.

Y no puedo dormir, porque el resultado de la llamada no fue el esperado. Me porté bonito, en verdad, quería ser dulce porque me nacía ser dulce. Quería ser graciosa y hacerlo reír, decirle que lo quería porque eso es 100% cierto el 100% del tiempo. ¿Qué respuesta recibí? Silencio. Me despedí y colgué.

Pegué un super grito, y hasta ahora me pregunto cómo es que mi viejo o mi hermano no me tocaron la puerta.

* * *

La Ley suena con "Y los demás". Una excelente canción. Y yo estoy asada. CANSADA DE LAS IDAS Y VENIDAS DE UN HOMBRE QUE PARECE NO APRECIAR O TENER EN CUENTA TODO LO QUE LO QUIERO, EXTRAÑO Y DESEO. Estoy cansada de aguantar esos momentos, de tener que ponerme mal por alguien que ni siquiera está conmigo, y lo peor: que ni siquiera está enamorado de mí. Reventada. Jodida. Asustada. Triste. ¿Por qué, por qué, por qué, por qué SÑ es que a veces me pones así? Es que el problema es que te quiero demasiado, en exceso y con desesperación y locura. Te quiero y por no perderte hice de todo. T-O-D-O. EVERYTHING. TOTTUS. A ver, ¿en qué idioma lo pongo para que dejes de ignorarlo para sentirte "cómodo"? Solo te pedí algo chiquito: tu corazón. Y eso no me lo pudiste dar. Ahora solo te pido una cosa, que espero sea más posible de hacer: no me hagas sentir más mal.

¡Ah! Y si luego de leer la frase anterior piensas "lo mejor será alejarme", déjame decirte una cosa, amado Ojos Lindos: eso es de cobardes. Y también: no, no te quiero lejos pues. Te quiero a mi lado, queriéndonos bien (aunque no pueda ser amándonos), disfrutando del "codo a codo" y sin jodernos la vida. Ya sea por mis traiciones hormonales o por mi desesperado amar, quiero que podamos estar juntos en paz. Y como dice Virginia Woolf y ahora te lo digo directamente: NO PUEDES ENCONTRAR LA PAZ EVITANDO LA VIDA.

Eso no más. Terminó mi cólera, mi higaditis como dice mi mamá. La canción de La Ley "Y los demás" termina por enésima vez y yo estoy lista para dormir. Pero por si acaso, un último resumen para que SÑ luego no diga que entendió algo que no quise decir:

1. Suelo tener estallidos hormonales, lo cual provocará muchas cóleras mías por nada. Eso y mi desesperado querer.

2. Mi desesperado querer quiso que me amaras en algun momento, pero solo me puedes querer. Ya que eso es así, solo te pido una cosa: no me hagas daño.

3. El no hacerme daño no significa alejarte, sino ayudarme a enfrentar los fantasmas que pueden rondar de vez en cuando. Virginia Woolf, amor de mi vida, Virginia Woolf.

4. Ignorar las cosas no hará que desaparezcan. Lo digo por experiencia. Siempre es bueno ir directo a la fuente en alguna duda, y luego podrás tomar una decisión clara.

Listo. Ya me entra sueño lo que es buena señal. Así que dejo esta poderosa balada. Mañana la llevo a la chamba.


LA LEY - Y LOS DEMÁS

Un año mas
Que voy llevando sobre mí
Emancipando los caminos que escogí

Y los demás se olvidaron de existir
Y los demás se intentaron destruir

Y me perdí
En la constancia de avanzar
No me senté
Ni un instante a descansar

y los demás me dejaron prescindir
de los demás
por que no hay que desistir
si los demás se olvidaran como fue el ayer
y como hay que sobrevivir

y los demás se perdieron entre si
y los demás me dejaron decidir
y los demás, a lo lejos miran hoy
donde va a empezar todo una vez mas

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