miércoles, 1 de diciembre de 2010

La historia de Elías

Un sujeto medio lunar.

Cuando tenía 16 años, era cualquier cosa menos la típica chica de 16 años. Ese año recuerdo que fue el mejor de mi vida escolar (ya que la promoción siempre es genial), y yo era bastante feliz. Claro, la forma como te joden algunas "amigas" siempre te bajonea un poco, y cuando no te entienden es peor. Pero bueno, yo igual era feliz, y jovencita y distinta a las demás. Tenía entonces el pelo largo en un solo corte, andaba con miles de pulseras en los brazos y estaba media loca (eufemismo de por medio). Lo mejor es que estaba más flaquita y algunas cosas me quedaban mejor. Claro, algunas porque la verdad es que mi estilo no era el mejor. Como digo: era cualquier cosa menos la típica chica de 16 años.

Entonces yo era la última chica que la gente de mi promoción esperaba que se metiera con el chico que siempre era la comidilla de los chismes entre clases. Cuando veía como las chicas ponían el nombre de cualquiera de nosotras con el del sujeto en cuestión entrelazados en un corazón, desde tercero de secundaria, me reía. Nunca pensé que alguna de esas chicas sería yo. Y no como chisme, sino en serio.

* * *

Ahora tengo que remitirme a hace mucho tiempo. Yo era una chiquilla entonces, no sabía un joraca de las cosas, de la vida y toda esa cala. Una tarde luego del colegio tuve que acompañar a una amiga a hacer unos trámites y luego fuimos a visitar a otra amiga. Dígase: la hermana del chico en cuestión, que no nos quería ahí sabiendo que estábamos solo por el hermano. ¡Incautas! Solo nos quedamos en la puerta, pero fue suficiente para lo que yo pude ver: un chico en la ventana del segundo piso de la casa con una toalla amarrada en la cintura, desnudo-de-la-cintura-para-arriba. Me quedé medio boquiabierta, pero reaccioné lo suficiente para salir de ahí al toque y regresar a casa. La vida continuó normal, al menos un par de meses.

Un tiempo después me reencontré con él otra vez. Ya nos conocíamos mejor, habíamos conversado y él hasta había ido a mi fiesta de quince y bailamos una de Limp Bizkit entonces a las cuatro de la mañana aproximadamente. Me lo encontré una vez a la salida del cole. Ese día me acompañó a casa y conversamos mucho. Desde aquella vez, él venía de vez en cuando a mi casa, por lo menos una vez a la semana, y hablábamos de todo. Él escuchaba y yo lo escuchaba a él. Descubría el mundo del cromosoma XY.

El problema es el siguiente: yo no tuve contacto masculino hasta los 15 años. Estudié toda mi vida en un colegio de monjas para chicas y, naturalmente, no hablaba con chicos. Era muy tímida y siempre he sido difícil de hacer amigos. Los únicos chicos con los que hablaba eran los amigos de mis hermanos mayores, quienes a veces ni me soportaban, pero que me enseñaron algunos temas a los cuales rehuían los chicos de mi edad. De hecho nunca fui la más popular, todos corrían, yo era a veces demasiado para ellos. Y lo digo objetivamente.

Pero con él era distinto. Y yo me sentía distinta. Me gustaba. Un chico me daba bola, y encima era el objeto de deseo de mi salón. Me encantaba eso, mi ego tenía tamaño exponencial en aquel entonces. Cuando Elías estaba conmigo, conversando en casa, era... especial. Y realmente lo fue: Elías se convirtió en mi primer enamorado de toda la vida.

Y siempre fue Elías. Él me contó que Elías era un sobrenombre que se había puesto cuando estaba con otra chica. Me contaba muchas cosas entonces, y muchas bastante alocadas. Tenía él dieciocho años y hacía cosas que para mí eran bastante extremas. Yo era cerrada, tímida, desconfiaba mucho en mí misma. Elías era de repente la persona que yo podía admirar, y hasta enamorarme.

* * *

Todo esto parte del día miércoles, cuando caminaba por el Fuhrer camino a encontrarnos con SÑ para almorzar. Mientras él me contaba de su Damisela en Peligro (eufemismo para: puta activísima), yo observé a un chico con lentes oscuros y con capucha gris. Esos labios gruesos y rosados son conocidísimos para mí. Su barba espesa también. Me hizo un gesto de saludo con la mano a la vez que yo lo saludaba con la mano izquierda y una sonrisa. Todos los buenos recuerdos de repente florecieron, incluyendo el de aquel primer beso.

La primera vez fue en la sala de mi casa. Elías me dio un piquito suave que yo recibí como quien recibe la cosa más maravillosa sobre la faz de la tierra. Quería correr y gritar al mundo "ME HAN BESADOOOOOOOOOOOOOO", pero tenía que ser un poco más caleta. Dígase: contarle a la gente en mi colegio, nada más. Aquella primera vez mi variante de estado civil de soltera a enamorada duró... una semana. Una tarde Elías vino a mi casa a hacerme gestos ridículos y darme a entender que ya no estábamos. Claro, yo no morí de amor aquella vez, simplemente de sorpresa y extrañeza mientras pensaba "¿y a este qué le pasó?". Y luego hacerme las preguntas que son típicas de la inseguridad cuando alguien termina contigo, pero no durante mucho tiempo.

A los días, Elías volvió. Y volvimos con otro beso. Yo quería estar bien con él, y así fue. Venía a casa, conversábamos, a veces le daba el encuentro por la calle y la pasábamos bien. Reencontrados nos llevábamos mejor, y podría decir que en ese tiempo mi "codo a codo" era con él, porque éramos parecidos de alguna forma. Pero yo siempre fui distinta para el mundo, y Elías era distinto, pero a veces también me parecía bastante ridículo. Yo lo quería, creía estar enamorada de él, y me gustaba mucho, pero... ¡hombres idiotas! (¿acaso los hay de otro modo?).

Al mes del primer beso, Elías me volvía a terminar. Aquella tarde yo lo vi raro, y sin que hiciera el silbido que siempre hacía cuando estaba molesto (y que era jodido, realmente), y cuando le pregunté el por qué, me dijo que sabía que yo me había negado a verlo una tarde y que no le gustaba la mentira. Era cierto: una tarde tenía un asunto urgente del colegio y tenía que estar con unas amigas terminando el proyecto de entonces, y Elías vino, así que le dije a mi tía que por favor le dijera que yo no estaba y que ya al día siguiente lo vería. Realmente, ahora que lo pienso, me parece una cojudez. Y yo realmente me porté a la altura de las circunstancias: le rogué, le pedí que no me dejara, que lo quería y todo. Pero no, el herido e indignado enamorado se fue por la puerta. Yo corrí a la radio de mi hermano a poner un CD de Líbido y escuchar "No voy a verte más" infinidad de veces. Era mi primer corazón roto.


Y no puedo decir que no me duró. Estaba molesta con él, porque me olía que había otra intención por la que él actuó así, pero nunca dije nada. A las semanas, volvió para decirme que se iba a ir a Huancayo. Yo le regalé un anillado con varios cuentos que yo había escrito. Lo abracé. Se fue.

Tiempo después vino un amigo suyo cuyo nombre no recuerdo (no es relevante), pero pongámosle Miguel. Aquella mañana Miguel tocó mi puerta y mi tía fue a levantarme. Ya eran las vacaciones de fin de año. Miguel me preguntó por Elías, si sabía algo de él o si me había comunicado con él. Yo obvio, no sabía nada. Miguel me "reveló" la verdad: Elías no se había ido a Huancayo, sino a Chiclayo, y se había ido con su ex, una mocosa que repitió tercero de secundaria como tres veces y que estaba rayada de la cabeza, realmente R-A-Y-A-D-A, tanto así que se habían escapado juntos. El detalle: la ex rayada era menor de edad y Elías ya tenía su DNI desde ese año. Por esos tiempos no había Acuerdo Plenario que nos hiciera entender que eso no era violación, por ello es que todo el mundo los buscaba. Miguel en realidad parecía alguien que quería vengarse de Elías con todo lo que me contó. Solo me hizo volar más: el muy puto me dejó para irse con su ex. Así quede, escuchando "Mala Gente" esa mañana cuando Miguel se fue. (Me he dado cuenta que cada canción que he escuchado antes, tiene un recuerdo bueno o malo, en fin)

En esos momentos podría haber pensado que la historia con Elías había llegado a su fin, pero la verdad es que solo quedó en Stand By. Ese verano yo entré a la facultad de Medicina (merece post aparte) y me olvidé un poco de él con toda la gente nueva que conocí, y menos mal pude darme un respiro de mis dramas... solo para conocer otros. En medio de tanto lío, un día de repente Elías regresó. Solo unos momentos, un día que nos vimos, nos besamos y todo. Mi drama en Medicina continuó ese año hasta que postulé a Derecho. De Elías... naranja huando.

* * *

Mi vida en la facultad de Derecho ese primer año había sido refrescante. Conocí gente genial, me iba bien y entendía todo, le agarraba cariño, gusto, y mi autoestima volvió a subir. Además, que ese año estrené DNI. Finalizando mi año académico, Elías regresó. Esta vez para verme y pedirme formalmente (y como niño bueno) que fuera su enamorada. Yo acepté, pues creía que estaba preparada para una relación de verdad, ya había pasado por varias cosas y creía que Elías también. Me aventuré a ello, pero en realidad no debí de haberlo hecho, y la razón es una sola: no estaba segura. No es como ahora, que yo sabía que quería estar con SÑ porque lo amaba con toda el alma y moría por su corazón. Lo que me hizo darme cuenta de que lo mío con Elías no debía de ser fue por algo que me sucedió en la combi.

Aquella vez regresaba de la casa de una amiga en Surco luego de haber hecho un trabajo para el curso de Contabilidad. Tomé la "S" para La Molina y hacer escala a Santa Anita. En la combi, que no estaba tan llena como de costumbre, había un chico sentado. Era el prototipo de guapo, y yo en esos días estaría con tan buena autoestima que comencé a mirarlo sin reparos, fijándome en él mientras también me fijaba en el viaje. Lo que no esperaba es que el chico también me comenzara a mirar. Fue un silencioso juego de miradas en el que estuvimos, hasta que él se bajó en su paradero, sin mirar atrás. Entonces, lo supe: ¿por qué estaba con Elías? Podía tener chicos como el Prototipo, pero estaba con Elías, que era medio vago a pesar de su filosofía, que estaba realmente rayado del cerebro y con quien no podía usar tacos pues con las justas llegaba a mi tamaño. Duré un mes con él aquella vez.

* * *

Casi dos años después, en junio del XXXX, Elías había regresado con fuerza y al parecer quería estar conmigo. Yo, media inconsistente como siempre, quería volver a aceptarlo, pero hubo un detalle con el que no contaba: una amiga del colegio también quería con él. La misma con la que estaba la tarde en que lo vi por primera vez. Ella, MI, estaba decidida a estar con él, sin importar el papel que podría desempeñar en la historia. Y así lo hizo. Para nosotros, las peleas ahora son vía web (era digital, so they say). Aquella vez Elías me dijo vía MSN que estaría con MI, mientras ella me decía "¡serás mi madrina de bodas!", en clara alusión a su victoria.

Creo que si ahora me volviera a encontrar con ella nos reiríamos de lo idiotas que fuimos. ¿Pelearnos por Elías? Dios, se nota que éramos media mocosas. Pero en ese tiempo yo no pensaba así y solo quería vengarme, sacarme el clavo. Por cierto, y me olvidé de mencionarlo, Elías había regresado con fuerza pues había tenido un accidente provocada por su propia imprudencia, y es que cruzar la Vía Evitamiento sin utilizar el puente que estaba a su lado no fue lo más brillante que haya hecho. Un carro lo atropelló y le quebró las piernas, por lo que estuvo en cama por medio año aproximadamente. En esas circunstancias yo lo fui a visitar varias veces, y una de ellas cuando ya estaba de "enamorado" con MI. Y yo gané esa mañana de miércoles, cuando, bueno... cuando lo besé y estuve con él un rato. Nos besamos bastante, y con algunas pruebas de lo ocurrido, me fui orgullosa a la facultad. Le había ganado a la que creía era una perra vengativa que solo quería quitarme algo que era mío. En realidad, nunca lo fue, y yo nunca volví a estar con Elías luego de eso. Fue solo un "remember" como le dicen, fue algo, que no volvió a ser.

Tuve luego de ese encuentro, otro breve encuentro que no mencionaré con detalles, pero que mis amigos llaman "fatality". No comments, jajajajaja...

* * *

Encontrarme con Elías de vez en cuando siempre me toma por sorpresa. Una vez en la salida del edificio me lo encontré y conversamos un montón. Caminamos por el centro y le pedí consejos para ciertos asuntos emocionales. No, no le conté de SÑ, pero si le dije que había una situación que se me escapaba de las manos. Sus consejos siempre me han ayudado en su momento, y aunque sentí mucho dolor cuando me dejó, y aunque sentí que nunca dejaría de quererlo, cuando lo vi sentado frente a mí esa tarde en una banca de la Plaza Mayor, mi corazón ya no tenía memoria de lo vivido con él. Todo estaba en mi cabeza, no en mis emociones.

Este año cuando estaba en elecciones en mi universidad, lo vi sentado en el grass con uno de los cartelones de uno de los partidos políticos de la facultad. Comencé a gritar como una histérica y casi y salí corriendo de ahí, pero es que no recordaba que su padre es abogado y que él tenía ganas de estudiar Derecho. Sigue ahí, seguro, pero yo no lo veo mucho, y en realidad a veces sin muchas ganas. Me di cuenta que lo que sentí por él fue bastante pasajero, que en realidad fue un gusto enorme, claro, como sucede con los chicos en los que uno se fija cuando es joven, pero... nada más. Le tengo cariño, claro, pero no amor. Nunca lo amé. Disfrutaba a su lado, pero siempre sentía un hincón de inseguridad, inestabilidad e incomodidad cuando estaba con él. El "codo a codo" era temporal.

Si me preguntan... Elías fue el primero, como enamorado. El primero al que besé y que me dijo "te quiero" alguna vez. Es lindo escucharlo cuando eres joven. Pero en realidad... no lo amé. Me ilusioné, pero no fue amor. Tampoco amé a ninguno de los que vino después, ni siquiera a MÑ. Todos fueron simples gustos. Explorando mis emociones puedo afirmar realmente que al único al que realmente he amado ha sido a SÑ. He amado cada parte suya, y todo eso que sentía con Elías, las tres "i", nunca lo sentí con él. Bueno... puedo contar las veces con una sola mano, pero nada más. SÑ fue distinto... fue, en verdad el primero en todo para mí.

Aunque de Elías no me arrepiento. Tuvo sus buenos momentos y me enseñó muchas cosas. Cosas que espero poder transmitir algún día a otra persona. El conocimiento femenino se pasa, ¿no?

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